Mientras el Fabril debuta este mediodía en la fase de ascenso a Segunda B contra El Palmar, su extécnico, Tito Ramallo, finaliza hoy su participación en la Liga de Armenia al frente del Banants, al que guió hacia el título de Copa.
-¿Esperaba éxitos tan pronto?
-La verdad es que no. Cada vez que llegas a cualquier club, exponer tus ideas siempre es difícil, y si encima es de un país distinto, con mentalidad diferente y otra manera de ver el fútbol, la cosa se complica. Hay muchas nacionalidades y multitud de pensamientos. La Copa nos dio la oportunidad de que el trabajo que se inició fuera brillando y estamos muy contentos con ello. Cuando llegamos la Liga estaba perdida y nos volcamos en la Copa, primero porque era un título y segundo porque tenía el premio añadido de meternos en las previas de la Europa League.
-Menudo reto...
-Poder competir en Europa, para un técnico como yo, que sale del fútbol base del Dépor, a nivel formativo es un plus. Estoy muy ilusionado con esta competición.
-¿Arriesgar valió la pena?
-A lo mejor antes de salir no valoraba el hecho de ir a un sitio nuevo y compartir ideas, pero una vez que lo he hecho, después de estos siete meses, puedo decir que es una experiencia brutal, tremendamente enriquecedora. Ha sido como un máster a distancia y a toda pastilla.
-¿Le sorprende la coincidencia en el tiempo de los títulos de Juan Carlos en Rumanía, Diego Rivas en Nueva Zelanda, José Sambade en Turquía y usted en Armenia?
-No es sorpresa, es una tremenda alegría por ver que Abegondo produce gente muy competitiva en todos los ámbitos. Eso significa que en su momento también se hicieron las cosas bien.
-¿Animará al Fabril desde la distancia?
-Por supuesto. Esta semana hablé con Manu (Mosquera) y le deseé mucha suerte. Yo soy fabrilista a vena y me alegraría muchísimo que ascendiera.
-¿Cómo vivió el lío interno en el Dépor de las últimas semanas?
-Creo que era innecesario. Todos los deportivistas sentimos pena por la situación. Todo eso debió quedar dentro. En todos los vestuarios del mundo siempre hay situaciones problemáticas, en el mío y en todos, lo que pasa es que la manera de arreglar eso siempre es dentro de casa. No puedo señalar inocentes ni culpables porque, sinceramente, no lo sé.