Era el que más se ajustaba al perfil y finalmente ha sido el elegido para convertirse en el entrenador del Deportivo. Gaizka Garitano (Derio, 1975) heredará el banquillo blanquiazul tras la destitución de Víctor Sánchez del Amo y ayer mismo aterrizó en A Coruña para negociar su incorporación al clubA Coruña. De entre todos los candidatos presentados por el responsable de la secretaría técnica, Richard Barral, era el que mejor se adaptaba a las condiciones impuestas por el consejo de administración. Se requería alguien que conociese el campeonato español, con un perfil discreto y joven. Desde el primer momento se pensó en el extécnico del Eibar y del Valladolid, que regresará a los banquillos después de su brevísima etapa en Pucela. Hoy a las 13.00 horas será presentado en la sala de prensa del estadio de Riazor.

Allí recaló con el ambicioso objetivo de devolver a los vallisoletanos a Primera, una tarea encomendada después de su fulgurante éxito en el modesto conjunto guipuzcoano. El equipo en el que militó también como jugador le sirvió para labrarse un prestigio como entrenador al conducirlo desde Segunda División B hasta Primera sin paradas de por medio. La experiencia en Valladolid se cerró de manera abrupta, cuando tan solo habían transcurrido nueve partidos, pero el Deportivo se ha fijado en él para buscar la continuidad en el banquillo que le ha faltado en las últimas temporadas.

Garitano será el encargado de dirigir a un equipo que no ha encontrado la estabilidad en la caseta. Será el sexto técnico en las últimas cinco temporadas, el cuarto con esta directiva al frente desde que se hiciera cargo del club en enero de 2014, y el encargado de sustituir a Víctor Sánchez del Amo tras un agitado final de cursoVíctor Sánchez del Amo.

El técnico vasco firmará por una temporada y llegará acompañado de unos colaboradores que conocen la entidad deportivista. Como ayudante estará José Luis Ribera, quien ya formó parte del equipo de trabajo de Miguel Ángel Lotina durante su etapa deportivista. Ambos le servirán para aclimatarse lo antes posible a un club en el que como tarea inmediata tendrá la de reconducir una situación que se descontroló a mediados de la temporada pasada.

La fractura abierta en el vestuario será su primer desafío, pero después deberá hacer frente a la reconstrucción de una plantilla que poco tendrá que ver con la que gestionó Víctor Sánchez del Amo. En Eibar logró un gran rendimiento con recursos limitados, a pesar de que el conjunto guipuzcoano terminó perdiendo la categoría (aunque finalmente la mantuvo por el descenso administrativo del Elche). Allí logró con un bloque que había conformado en Segunda B llevarlo a Primera.

Todo ello ha sido lo que ha terminando decidiendo al consejo de administración para encomendarle la tarea de dirigir al equipo en su tercera temporada consecutiva en Primera División frente al resto de aspirantes presentados por Richard Barral. El objetivo volverá a ser el mismo, aunque la exigencia será mayor de la que tuvo su antecesor en el puesto.