Gaizka Garitano se ha marcado como uno de sus principales objetivos construir una base defensiva sólida sobre la que apoyar el resto del equipo. Ayer dedicó buena parte del entrenamiento matinal, el primero de los dos que dirigió en Abegondo, a trabajar conceptos tácticos por separado con los zagueros. Los instruyó para que sepan cómo y dónde presionar y, lo que para él es más decisivo, en qué momento hacerlo. "No me importa hasta dónde. Me importa cuándo", aleccionó a viva voz sobre el césped. Quiere que todos tengan las ideas claras desde el primer momento para que no haya dudas sobre ese tipo de movimientos. Para afianzar automatismos formó dos líneas de cuatro, una con Laure, Arribas, Sidnei y Saúl, y la otra con Navarro, Álex, Queijeiro y Luisinho.

El técnico analista, José Luis Ribera, colaboró con Garitano en esas tareas específicas para los defensas. Mientras, en la otra portería del campo número 4, los jugadores de corte más ofensivo trabajaron transiciones, centros y remates bajo la supervisión del segundo entrenador, Patxi Ferreira, y del preparador físico, Julio Hernando.

A continuación, Garitano reunió a toda la plantilla para poner en práctica esos conceptos defensivos con fuego real, para lo cual exigió a los delanteros que trataran de hacer gol. Esa fase de la sesión la aprovechó para repasar conceptos básicos como las "orientaciones corporales" a la hora de fijar la marca. "Mano en la camiseta, culo hacia portería", ilustró exigiendo en todo momento marcajes pegajosos. El técnico hizo frecuentes interrupciones sobre la marcha para ajustar posiciones y movimientos. Laure, Sidnei, Álex y Luisinho se fueron alternando sucesivamente en la zona de cobertura con Queijeiro, Arribas, Navarro y Saúl para tratar de frenar los ataques.

Sesión física vespertina

Por la tarde, con la novedad del central Raúl Albentosa, la plantilla del Deportivo completó un segundo ensayo, sin balón y muy físico. Hubo series de carrera y abdominales, entre otros ejercicios.