Manuel Pablo (Bañaderos, 1976) se retiró el jueves del fútbol en activo después de más de dos décadas de carrera profesional y 18 temporadas consecutivas en el Deportivo. Ahora afronta una nueva etapa encuadrado en la dirección deportiva, pero es habitual verlo en la ciudad deportiva de Abegondo observando los entrenamientos y aclimatándose a su nuevo papel. Los mensajes y las felicitaciones se sucedieron durante estos días, pero no recuerda quién fue el primero que le escribió o le llamó. "Tenía tantos que ni miré quién fue. Tenía unos cuantos. Muchos de compañeros y excompañeros agradeciéndome todo. Estoy muy contento por eso, porque es lo que he intentado transmitir siempre, ser buen compañero", recuerda. Una de esas llamadas fue de Valerón, con el tiene planes conjuntos: "Los dos estamos pendientes ahora del curso de entrenador, a ver cuándo sale. Sabemos que nos gusta esto y estamos aprendiendo".

-¿Se imaginaba que la retirada iba a ser así?

-No lo sé. Lo pensé, pero al principio estás un poco perdido, un poco como cuando llegué aquí cuando era jugador. Ahora lo que toca es observar e intentar aprender. Estoy tranquilo, me siento cómodo.

-¿Qué es lo que más va a echar de menos?

-No sé, estoy en el grupo, porque al fin y al cabo estoy todos los días aquí. Eso ayuda un poco, pero entrenar siempre me ha gustado, y más cuando son entrenamientos divertidos. Más o menos me lo he tomado como algo normal.

-¿Está preparado para seguir al equipo desde fuera, quizá más cerca de un aficionado?

-Creo que la viviré de otra manera, como alguien a quien le gusta el fútbol por encima de todo. Lo que más me gustaría es que mi equipo haga las cosas bien.

-Sorprende la naturalidad con la que se lo ha tomado...

-Más o menos sabía que podía pasar. Sé que esta nueva faceta, aunque ahora estoy un poco perdido, me va a gustar. Sé que tengo que aprender y que es un camino en el que hay que ir poco a poco.

-¿Ya se lo intuía?

-Sí. Sabía que había solo dos posibilidades y que una era esta. Estaba preparado para todo y en ese sentido muy tranquilo de vacaciones. Sabía que me lo iba a tomar con naturalidad.

-¿Echa la vista atrás 18 años y qué se lleva?

-Pues me llevo el cariño de la gente, llegar aquí, que no te conozca la mayoría y que desde el principio te traten tan bien. Siempre han sido muy cercanos. Mantener durante todos estos años ese cariño es importante y es difícil.

-¿Dónde ha estado el secreto de una carrera de más de dos décadas?

-Yo creo en el día a día. Hay gente que a lo mejor en el día a día es más tranquilo y después compite bien, pero yo soy de los que dice que se entrena como se juega. Siempre he intentado ganarme las cosas así. Yo a los jóvenes siempre les digo que entrenar bien no es estar corriendo como un loco, es hacer bien lo que cada uno tiene que hacer: no estar despistado, no estar desconcentrado, el que tiene que dar buenos pases que no de 40 pases mal... Es a eso a lo que me refiero. Les ponía el ejemplo de Valerón, que no se parece en nada a mí, pero que entrena bien porque lo que tiene que hacer lo hace bien.

-¿Por qué dejó en el aire su despedida contra el Madrid? ¿Tanto le dolió lo que pasó las últimas semanas en el equipo?

-Fue un poco por todo, todavía no estaba decidido, pero lo que pasó esa semana... Llevo muchos años aquí y nunca había visto nada parecido, con esos cruces de acusaciones entre los jugadores y el cuerpo técnico. He estado en situaciones en las que hubo cosas peores, pero no se hizo público de esa manera entre los propios protagonistas. Fue algo con lo que no me sentí identificado.

-¿Qué pasó para que se desmandara así un vestuario con reputación de ejemplar?

-No lo sé. He estado en vestuarios sanos en los que también ha habido problemas, pero no salió de puertas hacia fuera. En este caso parecía como si todos se quisieran salvar de una temporada mala y todos estábamos implicados en lo malo, acusarnos entre nosotros no tenía sentido.

-¿El más señalado por lo que ocurrió ha sido Víctor Sánchez con su destitución?

-Todos estábamos señalados. No me sentía cómodo en esa situación que se vivió, ni por el míster ni por nadie. Entrar en ese cruce de acusaciones no benefició a nadie.

-Sin embargo alguno de los protagonistas de aquello continúa en el club...

-Sí, pero hay que aprender de lo que sucede y cada año se empieza algo distinto. Hay que intentar que no se repita y en el día a día ser respetuoso y profesional. Pueden pasar cosas desagradables, piques entre compañeros, pero se debe quedar en eso.

-¿Su nuevo papel en el club va a ir un poco orientado a eso?

-Aún no lo sé. Ahora está la cosa un poco parada. Estaré con Richard (Barral), pero ahora está pendiente de lo que tiene que estar, que es terminar de cerrar la plantilla. Está bastante ocupado y hay tiempo para ver todo, aunque él me dice que vaya mirando lo que me gusta. El míster, en ese sentido, también me ayuda y me anima a que vea los entrenamientos. Estoy viendo dónde me siento cómodo y al mismo tiempo aprendiendo.

-¿Cómo le gustaría que fuera el Deportivo la temporada que viene?

-Para mí los equipos tienen que ser competitivos. Si puedes jugar al fútbol y ser competitivo, mucho mejor; pero si tienes otras carencias, lo que debes buscar es un equilibrio. Está claro que a todo el mundo le gusta jugar bien, pero para mí la clave es ser competitivo, contra grandes y contra pequeños, que a lo mejor es lo que nos está faltando los últimos años.

-¿Pero la distancia con os grandes cada vez es más grande, no?

-Sí, es muy grande, pero... A veces se baja la cabeza enseguida cuando se recibe un golpe. Hay que competir hasta el final e intentar dar la cara para evitar goleadas como las que llegaron esta temporada.

-¿Cuenta con Lucas en el equipo?

-Es una situación difícil. Es un jugador importantísimo para nosotros y sería importante en cualquier club. Él tiene una cláusula y el club quiere crecer por medio de Lucas. Nosotros egoístamente queremos que se quede y él estará pensando. No sabemos realmente cuánto interés hay de otros equipos, pero seguramente lo haya.

-En su momento usted estuvo en una situación parecida?

-Sí. Estaba ahí el interés del Madrid y yo se lo trasladé al club porque era una oferta buena para el equipo y para mí, sabiendo que yo estaba muy a gusto aquí y que tenía un contrato firmado. El presi (Augusto César Lendoiro) me dijo que estábamos compitiendo con los mejores tanto aquí como en Europa y yo me lo tomé como algo normal porque también estaba muy a gusto aquí.

-Quizá su retirada en otro equipo hubiera sido distinta...

-A nivel individual o colectivo hubiera ganado más títulos, y claro que me hubiera gustado, pero yo estaba muy contento aquí. No me gusta darle vueltas a las cosas o pensar en lo que hubiera sido. Se dio eso y se dio la lesión, pues ya está. Nunca sabremos que hubiera pasado.