El Deportivo se marchó del García Calvo de Negreira con buenas sensaciones por haber plasmado sobre el terreno de juego algunas de las características que Gaizka Garitano quiere inculcar. Más allá del abultado resultado final (1-10), que es lo de menos, y del déficit en el tono físico, algo lógico a estas alturas, los 23 futbolistas que participaron en el primer amistoso de pretemporada trataron de poner en práctica lo que quiere el nuevo míster. Unas veces con más éxito y otras con menos, pero siempre con el objetivo de ser fieles a la idea que busca el vasco, muy enérgico en sus continuas consignas desde la banda. Su nivel de exigencia fue máximo pese a que enfrente estaba un rival de Tercera. Quiere a todos muy enchufados y predispuestos a asimilar sus conceptos para construir poco a poco ese equipo sólido y efectivo al que aspira. Un Dépor intenso, ordenado y con variedad de recursos ofensivos, cualidades que ya esbozó el pasado sábado en Negreira.

►Dos onces, dos dibujos. Ya lo había ensayado en Abegondo durante la semana y lo puso en práctica en el García Calvo. Garitano presentó un equipo diferente en cada tiempo y también cambió de esquema. Del 4-2-3-1 inicial de la primera parte pasó tras el descanso a un ofensivo 3-5-2. Quiere tener bien ensayados diferentes dibujos para elegir en función del rival y del desarrollo de cada encuentro.

►Presión alta. Es uno de los aspectos en los que más está insistiendo en los entrenamientos. En Negreira el Dépor mordió desde muy arriba sin balón, tratando de recuperar la posesión lo antes posible. Gaizka considera fundamental que sus hombres sepan cuándo toca apretar y cuándo es más conveniente replegarse. Desde la banda, arengó a sus atacantes para que se vaciaran impidiendo a los zagueros que pudieran iniciar el juego con comodidad.

►Defensa adelantada. Primero con línea de cuatro -Laure, Arribas, Sidnei y Saúl- y luego con tres atrás -Albentosa, Álex y Navarro-, el Dépor plantó su defensa muy lejos del área, casi en la línea del centro del campo, y solo reculó cuando fue estrictamente necesario, para correr los pocos balones en largo que el Negreira logró filtrar a la espalda de la zaga coruñesa.

►Laterales largos. Especialmente Saúl en la primera parte. No paró de correr la banda hacia arriba y hacia abajo, asociándose en campo contrario sobre todo con Borja Valle, pero también con Fayçal, Pinchi y Luis Fernández. Laure, en el otro costado, ganó menos veces la línea de fondo, aunque en una de sus galopadas dio el pase de gol al burelense para el 1-3, el segundo en su cuenta particular. Tras el descanso, con el nuevo dibujo y solo tres hombres atrás, todo el carril diestro fue para Bruno Gama, goleador y también asistente. En la otra banda, el canterano Naveira.

►Atención a las vigilancias. Gaizka quiere plena concentración en cada acción. Poco atacó el Negreira, pero las escasas veces que se acercó al área Garitano fue especialmente exigente con los defensas para que fueran pegajosos en las marcas. A la salida de cada córner a favor del Dépor, el míster situó a dos de sus hombres en el círculo central vigilando al único atacante que el rival dejó descolgado.

►Pivotes escalonados. En la primera parte el Dépor jugó por dentro con Queijeiro y Borges, el costarricense ligeramente más adelantado. Garitano corrigió varias veces la posición del internacional por su tendencia a incrustarse demasiado en la línea ofensiva. Tras el descanso jugó con tres hombres en la zona ancha: Calvet, Mosquera y Çolak, el turco con mucha libertad para llegar al área.

►Alternativas en ataque. Para hacer daño en Negreira el Dépor no solo dependió de la chispa y la eficacia de Lucas Pérez, autor de tres tantos, y del acierto de Oriol Riera, que firmó otro triplete. El equipo coruñés tuvo amplitud, supo salir con velocidad cuando pudo montar contras y también mostró paciencia en la circulación cada vez que el rival se atrincheró, con mucha movilidad y desmarques continuos de la gente de arriba.