El Dépor sigue después de Lucas. Por si había alguna duda, lo demostró en el Benito Villamarín. Sin excesiva brillantez, pero con argumentos suficientes como para sobrevivir en Primera. Derrochó entereza y oficio para sumar un valioso punto a domicilio. Pudo ganar, y no arriesgó para conseguirlo, pero también pudo perder porque el Betis tuvo sus opciones. Al final, justo reparto de puntos en un partido con pocas ocasiones claras en el que el rendimiento defensivo del Deportivo estuvo por encima del ofensivo. Y eso que Florin Andone cumplió con creces en punta, pero estuvo muy solo, demasiado, lo mismo que Rubén Castro en el bando verdiblanco. Lo mejor, además del resultado y de no encajar gol, fue la comprobación una vez más del carácter superlativo de un futbolista como Sidnei. Sigue y suma, como el Dépor.

Muchas llegadas pero pocas ocasiones con verdadero peligro en una primera parte bastante pareja y sin un claro dominador. El equipo coruñés contuvo con aplomo las contadas embestidas del Betis, que generó peligro sobre todo desde el banderín de córner. El Dépor sigue dando sensación de fragilidad cada vez que el rival saca de esquina. Un problema a resolver con urgencia para no sufrir tanto como la pasada temporada en ese tipo de acciones que con frecuencia suelen decantar los partidos.

El Deportivo estuvo muy ordenado y cada vez que tuvo ocasión de apretar arriba lo hizo con decisión. Solvente en la fase defensiva. Más problemas tuvo para armar juego ofensivo. Le faltó profundidad y, sobre todo, alguien capaz de conectar con Florin Andone, una isla entre defensas rivales. El rumano le puso voluntad para aguantar el balón de espaldas y oxigenar a los compañeros. Demostró una especial facilidad para anticiparse a la hora de buscar el remate, aunque muy pocos balones recibió lo suficientemente claros como para finalizar en condiciones.

Fayçal fue el más entonado de la línea ofensiva, apareciendo por dentro y por fuera para dar cierto sentido al juego, aunque tampoco demasiado. Mostró también destreza lanzando a balón parado, como en el minuto 13, cuando colgó un balón al área al que Mosquera no llegó por poco. Fabián lo despejó casi en la línea de gol para evitar que el coruñés anotara el primero. La réplica del Betis la protagonizó Sanabria con un disparo que se envenenó tras rebotar en Albentosa.

Andone seguía desasistido pese a los escarceos de Bruno y lo mismo le pasaba a Rubén Castro en el bando verdiblanco. El exdeportivista apenas intervino. No es que necesite aparecer demasiado para demostrar su olfato goleador, pero ayer no acabó de sentirse cómodo. En gran parte por el orden del Dépor en tareas defensivas, con Albentosa y Sidnei muy eficaces a la hora de alejar el peligro tanto por arriba como por abajo. El problema estaba arriba, en la desconexión con el punta. Çolak, limitado en la banda, tampoco pudo aportar ese último pase tan necesario.

Poco a poco el equipo coruñés se fue entonando a medida que avanzó la primera mitad. Sin llegar a tomar el mando de forma descarada, pero sí con la suficiente intención como para crear algo de peligro. Bruno, en el 23, lo intentó desde lejos, aunque las mejores llegadas visitantes fueron casi al filo del descanso. La más clara nació de una jugada muy bien elaborada en la que el Dépor supo mover el balón con soltura. La pelota pasó con precisión y velocidad por Çolak y Juanfran hasta llegar a Bruno, cuyo disparo no encontró premio. Antes del ecuador hubo un último susto para Lux, de nuevo a balón parado, tras un córner que Mandi cabeceó demasiado centrado, a las manos del argentino.

El Deportivo encaró la reanudación mejor que el Betis y en el arranque del segundo acto dispuso de un par de llegadas peligrosas, ambas rematadas por Bruno. Poco tardó el conjunto andaluz en volver a entrar de lleno en el partido. Joaquín y Sanabria lideraron sus ataques, aunque fue Durmisi el que dispuso de la primera ocasión verdaderamente clara. Su disparo, tras una buena acción personal, lo despejó Lux, bien colocado.

El Dépor respondió desde lejos, con lanzamientos estériles de Borges y Fayçal, y el último cuarto de hora se convirtió en un ida y vuelta constante. Los dos tuvieron llegadas, las más claras el Betis, primero con una triangulación en el área que Juanfran interceptó in extremis, y luego tras un mal despeje de Luisinho rematado defectuosamente por Rubén a las manos de Lux, de nuevo seguro.

El partido estaba para cualquiera de los dos, para el que se atreviera a dar un paso al frente. Sin embargo, el Dépor dio por bueno el empate y se agazapó, aunque sin renunciar a dar algún zarpazo a la contra. Para eso entró en el campo Borja Valle, para correr con espacios, y a la carrera casi encuentra el gol con un remate de cabeza a centro de Juanfran. Su testarazo se perdió por el lateral de la red en la última ocasión del partido.