La visita al Vicente Calderón ofrece siempre dos visiones completamente opuestas: de antemano parece el lugar menos indicado para sobreponerse de un sopapo como el que se llevó el Deportivo el jueves contra el Leganés en Riazor, aunque al mismo tiempo pocos escenarios ofrecen la posibilidad de restañar el orgullo herido y recibir una buena de dosis de confianza como lograr un buen resultado ante el subcampeón de Europa y "uno de los dos o tres mejores" equipos del continente, en palabras de Gaizka Garitano.

El entrenador deportivista es consciente de ello después de la dolorosa derrota ante el Leganés, sabe del efecto que tendría en el equipo sorprender al Atlético en su estadio antes de afrontar un tramo del calendario especialmente exigente, pero sobre todo no oculta que serviría para superar el mal trago que supuso perder el jueves.

Las secuelas en el ánimo son evidentes, Garitano lo reconoció nada más finalizar el partido, pero también en la propuesta futbolística. El Deportivo mejoró con la entrada de Emre Çolak en lugar de Fayçal Fajr, pero se dejó por el camino buena parte de la seguridad defensiva que se había labrado desde el comienzo del campeonato.

Seis minutos le bastaron al Leganés para remontar un partido por el que pasó de puntillas y para hundir a los blanquiazules, que buscarán en el Vicente Calderón los puntos que dejaron escapar el jueves.

Garitano planea cambios en un equipo que con el de esta tarde jugará tres partidos en una semana. Al cansancio de estos últimos seis días se suma el desgaste de los jugadores más empleados desde el arranque del campeonato y no será extraño ver cómo Pedro Mosquera o Bruno Gama, imprescindibles en los planes del técnico vizcaíno, dejan su sitio a otros compañeros.

CelsoBorges y Guilherme se perfilan como titulares en un centro del campo inédito pensado para frenar el potencial ofensivo de un Atlético que tendrá un ojo puesto en el partido que disputará el miércoles ante el Bayern en la Liga de Campeones.

Garitano, sin embargo, promete que el partido en el Calderón se afrontará con la misma ambición que el resto y que se buscará un resultado positivo que mitigue las penas recientes de los deportivistas. En contra juega la historia reciente, que establece que desde la temporada 1999-00 el Deportivo no es capaz de ganar al Atlético en su estadio.