Florin Andone no solo se refirió ayer a la sequía goleadora que atraviesan tanto él como el resto del equipo. La racha de cinco partidos sin ganar y la insuficiente cosecha de puntos lograda antes de afrontar un tramo del calendario especialmente exigente tampoco preocupan al delantero rumano, que recomienda calma frene al nerviosismo por la falta de resultados. "Si hablamos de una final en la jornada seis... Lo veo un poco ridículo", subrayó ayer en referencia a la visita mañana del Sporting.

Andone insistió en que la temporada acaba de arrancar, por eso tampoco entiende que el entrenador, Gaizka Garitano, despierte dudas por la ausencia de mejores registros en este inicio de campeonato. Una destitución a estas alturas, manifestó, no se le pasa por la cabeza por el clima de respaldo del que disfruta el técnico y su equipo dentro del vestuario.

"Nosotros estamos a muerte, al cien por cien con el entrenador. Hay un feeling de la hostia, estamos a muerte con él y él con nosotros, ojalá se quede diez años aquí, es cuestión de que el equipo vaya engrasándose poco a poco. A mí ni se me pasa por la cabeza", destacó sobre una posible marcha de Garitano después de que Paco Jémez fuera el segundo entrenador despedido en la categoría por sus malos resultados en el Granada. "La gente se pone un poco nerviosa porque no llegan los resultados, hay mucha presión en los clubes, la gente critica, la prensa aprieta y la mejor opción que se le pasa a los que mandan es destituir", argumentó para explicar ese tipo de decisiones con el campeonato recién inaugurado.

El delantero deslizó que al equipo se le han escapado puntos debido a que la "suerte" no le ha terminado de sonreír en estas primeras jornadas. Andone mencionó el partido contra el Leganés, cuando estrelló un balón en el palo, y también el del Athletic, cuando acabaron penalizados a pesar de dominar. "Tenemos confianza ciega en el vestuario, todos estamos unidos, vamos de la mano. Los que no podemos perder la cabeza somos los que estamos dentro y ahí no hay ninguna duda. Trabajamos todos a una y con muy buen ambiente, entendemos a la perfección lo que pide el entrenador. Es un poco cuestión de suerte, que se nos ha negado", señaló el jugador blanquiazul sobre el arranque.