"Se hacía raro ver al Dépor sin un jugador diferente y Emre lo es; se le nota. Con tiempo y paciencia hará su mejor juego. Un futbolista así es importantísimo y a la gente de A Coruña le encanta". Valerón disfruta de su nueva vida en Gran Canaria alejado del césped de un estadio de élite, pero sigue teniendo muy presente a su Dépor y todo lo que le rodea. A su radar no ha escapado ni el turco, al que bendice, ni el día a día de su exequipo. "Claro que lo sigo con especial cariño. ¡Cómo no voy a estar pendiente! Hablé con Manuel Pablo cuando se fue Lucas para ver cómo salían de esa situación. Perder a un jugador como él... A todos los equipos de abajo les toca sufrir, pero dentro de las plantillas que hay en Primera la suya es muy competitiva; en Riazor se hará fuerte. Hay que darle tiempo. Un técnico no empieza a conocer a sus jugadores hasta los partidos oficiales y, además, estoy seguro de que los que sufren y empiezan con resultados difíciles tienen un gran final de Liga. Saben lo que hay desde el principio y esa mentalidad ayuda".

"Extraño A Coruña igual que cuando estaba allí echaba de menos cosas de Gran Canaria. Viví unos años en esa ciudad de los que no me puedo olvidar ni separar". El eterno '21' afronta los primeros meses de una etapa en la que el Dépor y la que fue su ciudad durante trece años están presentes, aunque sea desde la distancia. "Llevo bastante bien el cambio (dejar el fútbol de élite), estoy cómodo. Y, además, no me puedo quejar, fueron muchos años de profesional. Al principio me encontraba más perdido, como buscando mi sitio en el club; no jugaba ni me entrenaba... Ahora ya disfruto de mi nueva etapa en las categorías inferiores, de viajar con el club y hasta de jugar con mi equipo (el Abrisajac) y de hacerlo con mi familia y con los chicos de la zona (Arguineguín). Es una ilusión que siempre tuve y que ahora puedo cumplir". Sus nuevos cometidos le llevan a estar con los más jóvenes en esos pasos de formación y de adaptación al fútbol profesional, una prolongación de lo que en parte ya hacía en sus últimos años de carrera. "Me gusta mucho estar con ellos, aconsejarles. Además, cuando volví a casa, me enamoré del trabajo de cantera que se hace aquí. Ves a esa cantidad de canarios (hubo ocho en el once de Las Palmas ante el Madrid) y cómo compiten y parece fácil, pero no lo es: hay que apostar y hacerlo durante años".

Este proceso de adaptación a un nuevo camino lo hizo, aunque a 2.000 kilómetros de distancia, de la mano de Manuel Pablo, como tantas otras cosas en el mundo del fútbol. Volvieron a trazar trayectorias paralelas y ambos se sirvieron de punto de apoyo para dar el paso: "Siempre hablamos, pero estábamos los dos en la misma situación, ubicándonos de nuevo en el club, y quizás te apoyas un poco más. Él ahora está contentísimo. Le será muy útil al Deportivo aportándole toda su experiencia".

"Cuando vaya el equipo allá me imagino que iré, ese viaje no me lo pierdo". Valerón admite entre risas que está deseando volver a A Coruña, a pesar de sus obligaciones laborales. Para más adelante quedará la escapada de ocio, pero aprovechará esa cita obligatoria del calendario y sus labores institucionales para regresar a su casa. "Las Palmas ha comenzado muy bien. Es un gran conjunto con una muy buena idea de juego. Le está ayudando cómo acabó la temporada pasada y que todos se conocen. Jugadores, técnico... Eso es básico". Habrá que esperar a la última jornada de Liga para tenerlo de vuelta. Riazor le volverá a recibir con los brazos abiertos.