Nos enfrentábamos al Barcelona en su campo y esta vez no tenía en fechas inmediatas dos compromisos importantísimos que dilucidar como en el caso de los dos empates en las dos temporadas anteriores. Por eso me sorprendió la alineación de Bruno Gama en banda izquierda y Borges en la derecha, cuando el portugués no anda bien, y en banda izquierda y defendiendo, peor; y el costarricense no es jugador de banda.

Teniendo en cuenta la amplitud con la que juega el Barcelona y la extraordinaria calidad técnica de sus jugadores para los pases y paredes, me sorprendió que el planteamiento no fuera más defensivo y agresivo en las bandas y en el centro para neutralizar su juego. Frente al Barça, aparte de jugar por encima del 100% de concentración, hay que morder en casi todos los aspectos del fútbol.

El jueves pasado comentaba en Radio Coruña que teníamos que tapar, primordialmente, las líneas de pase del rival, jugar tremendamente concentrados y aprovechar al máximo las escasas oportunidades que íbamos a tener a balón parado y en movimiento, pero una cosa es decirlo y otra es hacerlo (la única estrategia de córner de Çolak con pie cambiado por poco da su fruto).

No hay que avergonzarse por utilizar un planteamiento ultradefensivo frente al Barcelona y en su campo. ¡Defender también es arte!

Me revientan los árbitros cagones, que frente a los grandes y en su campo te lo pitan todo, y al grande no le pitan nada. El arbitraje me pareció casero y la roja a Laure totalmente injusta (por lo mismo, Luis Suárez tenía que haber sido expulsado en este y en todos los partidos).

De salida el Dépor jugó con un 4-4-1-1, con Çolak a su aire, con una presión mal hecha en la salida de balón desde Stegen pero al no conseguir nada positivo el equipo quedaba desequilibrado. Replegaba, y cuando despejaba adelantaba líneas tratando de poner en dificultades el juego del Barcelona, pero eso solo duró hasta el segundo gol, que vino, por cierto, por no estar atentos a los rechaces.

El segundo tiempo fue un total dominio del Barcelona y con la expulsión de Laure todavía más. El Barça se recreó demasiado en su juego y si no fuera por el trabajo de Lux y los fallos de Alcácer, el resultado hubiera sido escandaloso. No obstante, hay que tener tranquilidad, ya que el resultado entraba dentro de la lógica y un punto hubiera sido el gordo de la lotería.

Lo que hay que hacer es ganar los partidos de nuestra liga, pero eso sí, sin planteamientos defensivos.