Lo que el sábado después de jugar en el Camp Nou parecía el peor de los dramas para la defensa deportivista ha ido adquiriendo un tono más optimista conforme han pasado los días. Las pruebas médicas practicadas a Sidnei el lunes descartaron una fractura en el tórax que lo habría apartado del partido del domingo en Balaídos y Juanfran parece evolucionar de manera positiva de las molestias musculares que le impidieron jugar en Barcelona. Ninguno de los dos se ejercitó ayer junto al resto del equipo en el regreso a los entrenamientos de la plantilla y dependerán de su evolución en estos días. Sus compañeros, sin embargo, creen que jugarán contra el Celta en el primer derbi de la temporada. "Son dos jugadores muy importantes, creo que van a estar", pronosticó ayer Pedro Mosquera.

Los dos convivirán estos días con la presión añadida de apurar su regreso para un partido trascendental, pero especialmente Juanfran debido a la ausencia de un relevo en su posición. En el caso de que el madrileño no consiga dejar atrás las molestias que arrastra desde hace semanas y que le impidieron disputar el encuentro del Camp Nou, Garitano se vería en la obligación de improvisar en el costado derecho de la defensa. Luisinho o Navarro tendrían que jugar a pierna cambiada en ese puesto.

Por el momento, Juanfran continúa trabajando en solitario para superar esas molestias en el muslo derecho. Ayer se ejercitó con el readaptador de la primera plantilla, Fran Molano, con vistas a poder reincorporarse a los entrenamientos con el resto del grupo en los próximos días.

En la misma situación se encuentra Sidnei, que tampoco estuvo ayer con sus compañeros en la sesión. El central brasileño trabajó en el gimnasio después de que las pruebas médicas descartaran una lesión de gravedad. Se temía por las consecuencias del golpe que se llevó el sábado en el Camp Nou, especialmente después de que no pudiera regresar de Barcelona con el resto de la expedición deportivista, y que una fractura en una costilla le impidiera jugar el domingo el derbi, pero esos temores quedaron despejados el lunes alimentando el optimismo en la defensa.