Como si aún estuviera sacando la calculadora en la sala de prensa de Abegondo o en un corrillo de Acea de Ama, Jabo Irureta empieza a enumerar a sus discípulos. "Fíjate, son ocho. Valverde, Mendilibar, Javi Gracia, Víctor, Sergio, Quique Setién, Nuno... A todos los tuve de jugadores y entrenaron el año pasado en la Liga. No sé si aprendieron o no conmigo porque igual más de uno dijo 'vamos a hacer todo lo contrario de lo que hacía este', pero algo les debió quedar", asegura socarrón con la relajación que da llevar cinco años fuera del circuito. Y apostilla reivindicando, de paso, sus méritos. "A ver cuándo uno de ellos gana la Liga". El irundarra, campeón con el Dépor, pasa los días junto al mar Cantábrico, en Getxo, añorando por momentos A Coruña, "esos paseos hasta María Pita, ese contacto con la gente", pero notando poco en falta ser entrenador. "Solo lo echo de menos cuando veo a alguno ganar algo, me veo con esa posibilidad", ríe, todavía ambicioso. "Ya estoy jubilado, le dedico tiempo a mi familia. Sigo atento al Dépor y a todo el fútbol que puedo por televisión, pero mi mente está muy alejada de un banquillo".

"Al equipo lo vi bien en la primera parte de Vigo. Es un conjunto sobrio, pero le falta gol. Se fue Lucas, a ver si sus delanteros crecen y a partir de ahí empieza a ganar en confianza y comodidad". Lejos queda aquella época dorada en la que a veces el propio Irureta solía advertir de que en A Coruña se estaban acostumbrado demasiado a "comer jamón todos los días". Los tiempos son otros, lo sabe y está al pie del cañón siguiendo a su Dépor. Él, al igual que Garitano, inició su carrera en el fútbol vasco y acabó desarrollando su labor con los blanquiazules. Cree que hay que pasar por un tiempo de adaptación mutuo entre el nuevo técnico y Riazor. "Al principio yo también pasé alguna dificultad y al final congeniamos muy bien, y disfruté muchísimo del cariño de la gente. Hay que tener paciencia. A Patxi Ferreira lo entrené en cadetes en Vizcaya, pero a Garitano no lo conozco. Me parece una persona seria. Ojalá tenga suerte, que todo le vaya mejor, pueda respirar, desarrollar su cometido y triunfar".

El roce con Emre Çolak antes del clásico ha reavivado la preocupación en torno al estado de salud del vestuario del Dépor en los dos últimos años. Irureta tuvo que lidiar con una caseta muy complicada y considera que esa gestión es vital: "A veces más que saber de fútbol tienes que estar preparado para manejar los grupos. Hay diferentes sensibilidades, emociones, egos... Son heterogéneos, hay diferentes nacionalidades y todos quieren jugar. Para mí es una parte muy importante de los éxitos".

En el horizonte aparece "un duelo de tensión" ante el Valencia, un rival al que el irundarra cree que el Dépor puede superar "si mantiene el equilibrio atrás y está más acertado arriba". Jabo desea que una victoria suponga un primer paso para que el Dépor alivie su situación en la tabla y poco a poco empiece a recuperar algo de la gloria pasada: "Son situaciones diferentes, ahora tiene más dificultades. Debe seguir en Primera, asentarse y a ver si se puede ir acercándose a todo aquello. Yo ahora veo la Liga y la diferencia es enorme con los tres de arriba. Antes los campeonatos eran más bonitos e interesantes, pero nunca fue fácil superar al Madrid y al Barcelona. En A Coruña tienen que estar muy orgullosos de lo que consiguió su equipo".