En la víspera del día de Todos los Santos, el Dépor quería ser cualquier cosa menos un fantasma. Animado por su afición, tenía claro que la de ayer debía ser su noche. Los Riazor Blues tiraron de recuerdos para dar un empujón al equipo de Gaizka Garitano con un tifo que decía O Dépor volta a verte y en el que, junto con la imagen del joker, se recordaba las fechas en las que el conjunto coruñés le arrebató la Copa del Rey y la Supercopa al Valencia, su rival anoche en Riazor. Quería volver a convertirse en su pesadilla.

Para ser más exactos, las conquistas fueron en 1995 y 2002, respectivamente, pero los años no importan, cualquier atisbo de celebración ayuda a un grupo tocado tras la derrota en Balaídos. El derbi y la ausencia en el mismo de Emre Çolak por problemas en el vestuario pusieron al Deportivo en el punto de mira.

La reacción era más que necesarira. Dos partidos sin ganar colocaron a los blanquiazules en puestos de descenso. Como respuesta, Garitano volvió a confiar ayer en Çolak e hizo un cambio importante, el de la portería. Un Lux muy cuestionado se vio obligado a sentarse en el banquillo para ceder su sitio a Tyton. El polaco por fin tenía su oportunidad. Muchos pidieron su debut por las redes sociales y ayer era uno de los temas más comentados en Riazor y sus alrededores. Manuel Murguía se llenó pronto de aficionados. El puente y la buena temperatura invitaban a los futboleros a salir a la calle para apoyar al Deportivo y comentar su actualidad.

Y como no todo es fútbol lo que rodea al club que preside Tino Fernández, también los hubo que intercambiaron opiniones sobre la multa de Antiviolencia, que propone sancionar al Dépor con 120.000 euros por permitir las pancartas de los Riazor Blues. La entidad herculina fue la primera en defender a sus hinchas durante el fin de semana y ayer fue el turno de los aficionados, que desde Maratón Inferior se manifestaron: Con todos ustedes, la pancarta más cara del mundo. Frase acompañaba de una flecha que marcaba su conocido tifo de Riazor Blues, con la cara de Francisco Javier Romero Jimmy, deportivista que perdió la vida en Madrid Río en una trifulca con los ultras del Atlético de Madrid. No faltó, además, el grito de "Tebas, vete ya", que ya es habitual en el estadio coruñés.

Parecía que la primera parte se esfumaba a base de protestas e intentonas locales, pero cuando ya se había cumplido los 45 minutos, Çolak cabeceó un centro de Juanfran para batir a Diego Alves y colocar el 1-0. Gol de rabia, de perdón, de alegría y de ilusión. Todo junto. Los aficionados saltaron de sus gradas y los jugadores se abrazaron sobre el césped. Los malos momentos parecieron esfurmarse por un segundo, pero había que tener cabeza. Quedaba la segunda parte y mucho que pelear. Aún así, la celebración duró hasta que los pupilos de Garitano abandonaron el terreno de juego.

Tan importante era conservar los tres puntos, que la afición apenas hizo otra cosa que animar en los últimos 45 minutos. Ya no había tiempo para los abucheos, solo valía impulsar al Deportivo. "Porque sin ti no sé vivir" entonaron desde Maratón Inferior. Y el repertorio continuó pero, cuando nadie lo esperaba, se hizo el silencio. Porque ni unos ni otros sabían si el tanto de había traspasado la línea de gol. Protestaron los blanquiazules pero el marcador ya estaba en tablas gracias a Rodrigo y al desacierto de Çolak en la banda. Cara y cruz en 90 minutos. Marlos intentó remediarlo acto seguido, pero no lo consiguió. El "Oh, Deportivo marca un gol" no decayó aunque si es cierto que en algunos sectores de la grada se palpaba cierta incertidumbre. Y no era para menos. El conjunto herculino necesitaba puntuar para no convertirse en un zombie. Lo gró, a medias, pero lo hizo. Salvó un punto en casa. Entró Ryan Babel para sacar provecho de los últimos minutos, pero ni se le vio por el terreno de juego. El empate era ya una realidad y en la grada muchos pedían el pitido final ante los arreones chés. Finalizó la noche sin sustos, pero el Dépor aún está en el límite de convertirse en fantasma.