Sin que la afición ni mucho menos el equipo hayan asimilado del todo la marcha de Lucas Pérez al Arsenal a finales de agosto, el delantero coruñés ha regresado esta semana a la ciudad deportiva blanquiazul para continuar con el proceso de recuperación de su lesión de tobillo. Su presencia sobre el césped de los campos de entrenamiento de Abegondo no ha hecho sino agravar la nostalgia hacia su figura, agigantada por los 17 goles que anotó la temporada pasada.

Esas cifras no han encontrado relevo en la plantilla, especialmente por la lesión de Joselu, incorporado sobre el cierre de mercado como su reemplazo, y por la depresión goleadora que hasta el sábado pasado atravesó Florin Andone. De la Lucasdependencia del curso anterior se ha pasado a la sequía.

El delantero coruñés contabilizaba la temporada pasada a estas alturas del campeonato siete goles, casi la mitad de los que había anotado (16) el conjunto por aquel entonces a cargo de Víctor Sánchez del Amo. Tras la jornada 11 de la Liga, Lucas ya era el máximo anotador destacado del equipo y se codeaba con los atacantes de mayor pedigrí de la competición. Estaba a la altura de Suárez, Neymar y Cristiano Ronaldo y el Deportivo lo veía traducido en la clasificación.

La situación ha dado un giro esta temporada, en la que a duras penas se consigue paliar la ausencia del coruñés entre toda la plantilla. El equipo contabiliza ocho goles (tan solo uno menos de los que llevaba Lucas el año pasado a estas alturas) y flirtea con los últimos puestos de la clasificación.

"Cuando lleguen los goles, van a llegar los puntos", auguraba ayer Raúl Albentosa acerca de los problemas que atraviesa el equipo ofensivamente. El máximo anotador (2 goles) es Celso Borges y el resto se los reparten entre el propio Albentosa y cinco jugadores más (Andone, Babel, Mosquera, Çolak e incluso Lucas, autor de un tanto de penalti en la primera jornada del campeonato antes de marcharse a Londres).

La temporada pasada en las once primeras jornadas del campeonato la nómina de goleadores también estaba repartida, pero nadie se acercaba a los registros de Lucas, que además solía ser garantía de puntos para el Deportivo.

El coruñés anotó el gol del empate en Valencia (1-1), colaboró en la goleada a domicilio al Rayo Vallecano (1-3), marcó dos en la que le endosaron los deportivistas al Espanyol en Riazor (3-0), colaboró en la igualada ante el Athletic (1-1), le robó la cartera a Giménez (1-1) para rescatar otro empate ante el Atlético y rescató un punto contra el Levante en el Ciutat de Valencia (1-1).

El entrenador deportivista, Gaizka Garitano, no encuentra la fórmula para compensar el vacío del coruñés y trata de repartir responsabilidades en la plantilla para adaptarse a la nueva realidad. Por ahora nadie lo ha conseguido y se añora aquella Lucasdependencia del año pasado que sostenía a los blanquiazules.