El Deportivo regresa esta tarde al trabajo tras el parón liguero para preparar el partido del sábado en Riazor (13.00 horas) frente al Sevilla, uno de los equipos más en forma del campeonato que en la pasada jornada estuvo a punto de tumbar nada más y nada menos que al todopoderoso Barça en el Sánchez Pizjuán. Acabó perdiendo 1-2, pero demostró un poderío ofensivo mayúsculo, hasta el punto de discutirle la posesión al equipo que más quiere la pelota. Una demostración más de la enorme capacidad del conjunto de Jorge Sampaoli, que visitará A Coruña tres días antes de jugarse la vida en la Liga de Campeones frente al Juventus. Esa distracción europea, unida al bajón que los hispalenses suelen experimentar lejos de su estadio, da esperanzas al Deportivo de poder reencontrarse con la victoria el próximo fin de semana para empezar a alejarse de la zona peligrosa de la tabla.

De los 21 puntos que el Sevilla ha sumado, solo seis los arañó en sus desplazamientos, un dato revelador de lo mucho que se le suelen atragantar sus salidas. Mientras trata de codearse con los más grandes del campeonato -marcha quinto empatado a puntos con el Atlético-, el Sevilla sigue mostrando un contraste muy marcado en sus resultados como local y visitante. Dos de los modestos de la categoría, el Eibar y el Sporting de Gijón, plantaron cara al cuadro andaluz en Ipurua y El Molinón, respectivamente, para arrancar sendos empates por idéntico resultado (1-1).

Toda una Liga sin ganar fuera

La pasada temporada el equipo entonces dirigido por Unai Emery fue incapaz de vencer en ninguna de sus salidas ligueras. En el presente curso, ya con Jorge Sampaoli al frente, solo ganó en uno de los cinco desplazamientos que ha realizado. Fue ante un recién ascendido, el Leganés, y con muchos apuros, gracias a un gran gol de Pablo Sarabia en el minuto 85 (2-3). Fue el pasado 15 de octubre, año y medio después del anterior triunfo liguero lejos del Pizjuán, que se remontaba al 23 de mayo de 2015, en la última jornada de la temporada 2014-15, cuando el conjunto andaluz cerró aquel campeonato llevándose los tres puntos de La Rosaleda ante el Málaga, también por 2-3.

Mucho tiempo arrastraban los andaluces sin ganar a domicilio y les sigue costando bastante sacar adelante los partidos lejos de su estadio, aunque como visitantes su fórmula trata de ser la misma que en el Pizjuán: presión muy adelantada, ritmo alto, y mucha valentía y recursos para buscar la portería contraria. Sampaoli reunirá mañana a su plantilla tras los tres días libres que concedió a los jugadores después de disputar el Trofeo Antonio Puerta el pasado viernes ante Boca Juniors (3-4).

El técnico del próximo rival del Dépor está pendiente de la evolución de Nico Pareja y Samir Nasri, dos de los fijos en sus alineaciones. El argentino es duda por unas molestias en un gemelo, mientras que el francés, con el bíceps femoral izquierdo dañado, también está entre algodones. Con el trascendental encuentro de Champions a la vuelta de la esquina, el martes 22, el entrenador sevillista podría optar por reservar a ambos tres días antes en Riazor.

El Deportivo, que solo ha ganado dos de los seis encuentros que ha disputado esta temporada ante su público, aspira a sacar adelante el partido del sábado pese al gran potencial del Sevilla. En su último compromiso en A Coruña el equipo de Gaizka Garitano empató frente a otro adversario en teoría superior, el Valencia, al que tuvo contra las cuerdas sobre todo en una primera parte notable del conjunto blanquiazul (1-1). Tiene argumentos para plantarle cara a los hispalenses, como demostró en el enfrentamiento en Riazor de la pasada campaña, que se saldó con empate.