Al Deportivo le aguarda esta noche ante la Real Sociedad (20.45 horas) uno de esos partidos que marcan tendencia, un compromiso definitorio que en el caso del conjunto blanquiazul solo admite dos posibilidades: agravar el estado depresivo que atraviesa o bien servir como reacción para abandonar las agonías experimentadas desde que arrancó la temporada. Será un desafío mayúsculo para los de Gaizka Garitano, a los que espera uno de los equipos más en forma de los campeonatos, si no el que más, y el que despliega el fútbol más atractivo para el espectador.

Una victoria representa de antemano el único resultado posible para un Deportivo asomado de manera peligrosa a los puestos de cola de la clasificación -está provisionalmente en descenso tras la victoria de ayer del Sporting ante Osasuna- después de una serie de resultados decepcionantes y a la vez crueles.

A la durísima derrota contra el Sevilla se sumó la semana pasada el tropiezo en Málaga, también con un gol en el descuento. Eso ha impedido al equipo progresar a través de los resultados, porque sí ha encontrado cierto alivio en el juego.

El Deportivo es un conjunto más aseado con la pelota, pero excesivamente vulnerable en defensa y sin demasiada estabilidad para darle continuidad al juego. Eso le ha condenado esta noche a un partido sin demasiada alternativa que ganar para asegurarse un porvenir menos apretado.

Lo necesita también Gaizka Garitano, cuestionado desde antes incluso de que arrancase la competición. Las críticas, sin embargo, han arreciado en las últimas semanas coincidiendo con la racha negativa de resultados. La directiva lo ha ido confirmando, aunque cada vez con menos contundencia. El presidente, Tino Fernández, advirtió el jueves después de la celebración de la asamblea de accionistas que no existe ningún ultimátum hacia el entrenador, pero al mismo tiempo deslizó que los resultados mandan.

Garitano parece haber asimilado el mensaje y no se espera que esta noche reserve o especule demasiado. Recuperado Babel, el holandés apunta a la titularidad, igual que Çolak como mediapunta. Andone también estará después de que las molestias que arrastraba hayan desaparecido por completo. Carles Gil tendrá una nueva oportunidad de confirmar las buenas sensaciones que dejó ante el Málaga y en el banquillo le tocará esperar turno a Joselu, convertido desde su reaparición en el compromiso de Copa ante el Betis en la gran esperanza del deportivismo en estos momentos de desilusión.

Imponerse a la Real Sociedad, sin embargo, repararía el maltrecho ánimo de una plantilla sacudida también por los problemas disciplinarios y ayudaría a mitigar las dudas surgidas alrededor de un proyecto diseñado para algo más que no sufrir.