Algún día el fútbol le devolverá al Deportivo todo lo que le debe esta temporada, que es bastante. Mientras tanto, el equipo coruñés sigue acumulando méritos, no puntos, y recuperando las buenas sensaciones. Con la cabeza alta se marchó anoche del Santiago Bernabéu. Derrotado y dolido por otro final cruel, de los que escuecen de verdad, pero al mismo tiempo esperanzado. Hay más motivos para creer que es posible remontar posiciones después de lo visto ayer en el campo del Madrid. Del subidón de la segunda parte por el doblete de Joselu, que puso momentáneamente a los coruñeses con ventaja, se pasó al batacazo final con el gol de Sergio Ramos que completó la remontada merengue. Otra vez el andaluz salvando al Madrid in extremis y otra vez el Dépor estrellándose en el último suspiro. Así de caprichoso es el fútbol.

Llegaba el equipo de Gaizka al Bernabéu con buenas sensaciones tras la exhibición del lunes frente a la Real Sociedad y las confirmó en el campo del Madrid, donde derrochó mucha solidaridad, pero también personalidad y fútbol para plantarle cara al líder. Buena salida de los coruñeses, que se dejaron todos los miedos en el vestuario y agobiaron al Madrid con una línea de presión bastante adelantada. Le costó a los blancos armar su fútbol pese al liderazgo de Isco, su futbolista que más y mejor apareció en campo contrario. Pocas ocasiones generaron los de Zidane en el tramo inicial. La más clara nació de un descuido de Juanfran, cuyo osado control con el pecho dentro del área se convirtió en un regalo de Navidad para Nacho. El lateral, solo ante Tyton, disparó con violencia pero Albentosa se cruzó justo a tiempo para rechazar su lanzamiento.

El Deportivo trató de poner en práctica el plan de Gaizka y no se limitó exclusivamente a defender. Intentó estirarse con contras, lanzadas sobre todo por Babel y Çolak. Al turco le costó entrar de lleno en el partido pero poco a poco fue ganando protagonismo para darle algo más posesión al equipo coruñés, fundamental para asomarse al área contraria pero también para tomar algo de aire entre tanto esfuerzo defensivo. En el minuto 28 el Dépor llamó por primera vez a la puerta del gol con un centro-chut de Albentosa que remató Celso Borges, obligando a su compatriota Keylor Navas a rechazar la pelota con una parada felina. Prácticamente en la siguiente acción el Madrid respondió con una ocasión clarísima, un mano a mano de James que resolvió Tyton con una gran parada. Cuando más volcado en ataque estaba el Madrid, el Dépor tuvo una nueva oportunidad de oro para adelantarse. Fue a la salida de una falta lateral lanzada por Çolak y cabeceada por Borges al palo (m.35). De milagro no entró el balón, que se paseó por línea de gol sin que Guilherme alcanzara a empujarlo al interior de la portería.

Tras la reanudación el Madrid se encontró con el primer gol en una acción aislada, resuelta por Morata con un soberbio lanzamiento a la media vuelta (m.50). Gaizka reaccionó de inmediato dando entrada a Joselu para pasar a jugar con dos delanteros. En un par de minutos, el de Silleda le dio la vuelta al marcador con dos goles. Tuvo mucho mérito el exmadridista por su acierto en la finalización, pero también Andone porque gracias a su fe nacieron los dos tantos. En el primero, forzó el error de Casemiro, que aprovechó Carles Gil para conectar con Joselu. Su potente remate, directo a la escuadra, devolvió las tablas al marcador (m.63). Poco duró ese empate momentáneo, porque solo dos minutos después un pase de Andone lo aprovechó el ex canterano blanco para firmar el 1-2. Ya con Mosquera en el campo, el Dépor trató de juntarse más que nunca y se atrincheró con la esperanza de defender la ventaja hasta el final.

El tiempo se le acababa al líder y a su entrenador, Zinedine Zidane, que prescindió de varios de sus mejores hombres -Cristiano, Benzema y Modric- para recibir al equipo coruñés. Y casi lo paga caro, porque el Madrid sufrió muchísimo para acabar dándole la vuelta al partido. Incluso Babel tuvo el tercero en sus botas en el 80. Encaró a Keylor y fue derribado por Danilo cuando se disponía a rematar. Falta, y posiblemente expulsión, que Jaime Latre pasó por alto. Una acción clave que fue la antesala del gol de Mariano. Intentó cabecear el centro de Lucas Vázquez y acabó rematando con el hombro (m.84).

De nuevo con empate, el Madrid volvió a confiar en su arreón final, como tantas otra veces, para completar la remontada. Otra vez en el descuento, en el 92, y otra vez Sergio Ramos a la salida de un córner mal defendido por el Dépor, magullado esta temporada por tantos golpes encajados en el último suspiro. Mereció más el equipo coruñés, igual que contra el Granada, el Sevilla o el Málaga, pero así es el fútbol. El domingo, contra Osasuna, vuelve la liga del Dépor, la del ser o no ser en la categoría.