Los problemas se siguen acumulando en Osasuna pese al relevo en el banquillo y la llegada de Joaquín Caparrós. Desde que tomó el mando todo son derrotas, cuatro en Liga y una en Copa. El utrerano regresa este fin de semana a A Coruña en pleno gafe, tras una racha personal negativa de 18 encuentros ligueros sin vencer: catorce de su etapa anterior en el Granada, más los cuatro con el conjunto rojillo. El del domingo será su undécimo intento de ganar en Riazor, de donde nunca salió airoso en sus diez visitas anteriores: cuatro con el Sevilla, otras tantas con el Athletic y dos con el Mallorca. Dos empates y ocho derrotas es su balance como técnico visitante en el feudo blanquiazul, que fue su casa durante las temporadas 2005-06 y 2006-07.

Caparrós fue el primer técnico del Dépor tras los siete brillantes años de Javier Irureta, durante los cuales el equipo coruñés conquistó una Liga (2000), una Copa del Rey (2002) y dos Supercopas de España (2000 y 2002). El andaluz tuvo la difícil misión de liderar una etapa de transición en A Coruña, con numerosos y profundos cambios en todos los sentidos. Osasuna lo quiso incorporar en 2006 pero acabó cumpliendo una segunda campaña en el Deportivo antes de dar por finalizada su etapa en Riazor. Diez años después, el utrerano llegó a Pamplona con el objetivo de reflotar al equipo, aunque de momento los resultados no le están acompañando. Tampoco la suerte, porque las lesiones están debilitando aún más el potencial del conjunto rojillo, actual colista de Primera.

Oier Sanjurjo, Didier Digard, Imanol García y los hermanos Flaño -Miguel y Javier- son bajas seguras, mientras que el lateral Carlos Clerc y el portero Mario Fernández están tocados y son duda para el encuentro del domingo ante el Dépor. Además, Caparrós no podrá contar con el delantero catalán Oriol Riera por su contrato de cesión. Esta plaga de bajas hace que el técnico solo tenga disponibles a 18 jugadores profesionales, incluyendo a Carlos Clerc y Mario Fernández, que son duda para Riazor por problemas físicos.