Hacía casi dos años que el Deportivo no encadenaba dos victorias consecutivas en Riazor en Liga, desde que consiguiera imponerse al Athletic a principios de enero de 2015 tras doblegar al Elche antes del parón navideño de aquella temporada. Hacía incluso más que el conjunto blanquiazul no lograba tres triunfos consecutivos en su estadio, si se contabiliza también el logrado ante el Betis en Copa la semana pasada. Hay que remontarse hasta el primer tercio de la temporada 2010-11, aunque en este caso los tres encuentros fueron de Liga (victorias ante Espanyol, Málaga y Hércules en las jornadas 9, 12 y 14, respectivamente), para encontrar una sucesión de resultados semejante.

Desde entonces, estas rachas han sido la excepción para el Deportivo, que sí encontró más regularidad en sus triunfos en casa durante su paso reciente por Segunda División. En Primera, sin embargo, hacía casi dos años que no conseguía ganar dos partidos seguidos hasta que se impuso a Osasuna en la última jornada antes de las vacaciones navideñas. En su anterior compromiso como local había goleado con autoridad (5-1) a la Real Sociedad para empezar a enderezar el rumbo y lograr margen con la zona de descenso de la clasificación.

El equipo se agarra ahora a esa mejoría para alcanzar una temporada tranquila y alejada de los sofocos de los últimos años. Para ello será obligatorio mejorar el rendimiento en Riazor, donde le ha costado aprovechar la baza de jugar como local.

El curso pasado, a pesar del ilusionante inicio de campeonato, el equipo no fue capaz de encadenar dos victorias como local. Estuvo invicto en Riazor durante seis partidos consecutivos, pero se le resistieron una victorias que hubieran adelantado la sufrida permanencia que se consiguió al final.

La tendencia se ha mantenido este curso con la llegada de Gaizka Garitano. Los deportivistas abrieron la competición con una victoria sobre la bocina frente al Eibar, pero después encadenaron dos derrotas seguidas en casa (Athletic y Leganés). Volvió a ganar contra el Sporting (2-1) y tras ese triunfo sumó un empate frente al Valencia (1-1) y un tropiezo muy doloroso contra el Sevilla (2-3). Ha sido en sus dos últimos compromisos como local cuando ha encontrado los resultados que necesitaba para corregir el irregular inicio de temporada. El siguiente compromiso en casa en la Liga lo afrontará el próximo domingo 15 de enero ante el Villarreal. Será el último partido como local de la primera vuelta y después los blanquiazules tendrán dos compromisos como visitantes. La próxima semana, el martes, recibirán al Alavés en los octavos de Copa.