Varias contradicciones asaltan al Deportivo antes de visitar San Mamés este sábado en un partido trascendental para el conjunto de Gaizka Garitano. Aún no ha conseguido ganar en 2017 ni imponerse a domicilio en lo que va de temporada, pero solo contabiliza una derrota desde que arrancó el año. Sus problemas como visitante contrastan con su capacidad goleadora lejos de Riazor y los que experimenta el Athletic para dejar su portería imbatida a pesar de ser uno de los conjuntos de la categoría más fiables como local.

Demasiadas contradicciones para un Deportivo necesitado de puntos pese a que sus perseguidores se empeñan en mantener las distancias sin ni siquiera aprovechar que los blanquiazules se vieron obligados este fin de semana a aplazar su partido. La necesidad, sin embargo, aprieta para los de Garitano, que estos días ha elevado el tono de exigencia a la plantilla en consonancia a lo que la semana pasada reclamaban tanto el presidente, Tino Fernández, como el director deportivo, Richard Barral.

Ayer al técnico se le pudo ver especialmente encima de sus jugadores durante una sesión enfocada hacia tareas ofensivas y remate a portería. Entiende Garitano que ahí podría estar una de las claves del partido de San Mamés atendiendo a los datos que ofrece el conjunto rojiblanco en su estadio.

El Athletic ha recibido goles en nueve de los once partidos que ha disputado en su estadio en lo que va de temporada, aunque tan solo ha perdido uno y ha empatado otros tres. Esos problemas contrastan con la facilidad que tiene el Deportivo para marcar a domicilio pese a que todavía no ha conseguido ganar como visitante.

Los blanquiazules encadenan siete encuentros lejos de Riazor marcando. Eso no se ha traducido en demasiados puntos, pero demuestra que los de Gaizka Garitano hace ya tiempo que resolvieron los problemas anotadores que padecieron al comienzo del campeonato.

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El técnico quiere presión adelantada en Bilbao

Es otro problema el que atenaza actualmente a los deportivistas. El arranque de los partidos es lo que se le ha atragantado a los deportivistas en sus últimos compromisos. En Las Palmas acabaron penalizados por un mal inicio y en Eibar encajaron dos goles antes de que se alcanzara el cuarto de hora. Gaizka Garitano teme que en San Mamés se repita esa situación ante un conjunto con reputación de empujar hasta el límite, especialmente cuando se trata de jugar como local, y por eso ha estado especialmente encima de la plantilla durante estos primeros días de entrenamiento de la semana.

El plan pasaría por soportar la presión de los rojiblancos, aprovechar las dificultades que han mostrado para mantener la portería imbatida y conseguir puntuar en un campo complicado.