Se veía venir. El Dépor ganaba y más de uno firmaba el empate. Se acercaba la hora final y casi nadie se fiaba. Borges perdió un balón a un abismo de la portería y sobre las cabezas del deportivismo y del equipo empezaron a sobrevolar todos los fantasmas. Son muchos golpes, hoy uno más. Parecía imparable Aduriz, cuando solo hacía falta una de tantas faltas tácticas. El gol del internacional certificó la derrota y mostró el castillo de naipes psicológico que es este Dépor más que aseado con balón. No debe autoengañarse. Sí, juega bien, pero no está siendo competitivo. El resto son victorias morales de poca valía real y muy tóxicas mentalmente. Le salva que sus perseguidores son tortugas en días malos. Pero llegará ese domingo (quizás mañana) en el que alguno acelere y las piernas blanquiazules temblarán aún más. Es una derrota en la que hay que escabar para ver que no solo se vive de Çolak, Sidnei y un poco de Carles Gil. Cuanto antes asimile su situación, mejor le irá.

El Dépor no salió arrugado al césped de San Mamés, tampoco arrollador. Es el poso de ese fantástico mes de diciembre que no le suele durar noventa minutos. No le sobran los puntos, pero cree en lo que hace cuando pide la pelota. Desde la humildad busca dominar los partidos y hacer daño. Esta vez no ayudaba el rival, sí los compañeros de Çolak. Se esperaba más de Gael Kakuta, pero entre lo que asoma y las combinaciones de Guilherme y Carles Gil le sobra. Hablan el mismo idioma.

De la intención a la realidad hay un trecho. No le estaba resultando fácil a los blanquiazules. El partido era de bajo voltaje, a cámara lenta. Pero el Athletic estaba bien plantado y por momentos se asomaba con algún intento del cumpleañero Aduriz o con los escarceos de Raúl García y Williams. Muchos balones al área en los que se pudo ver a un Sidnei muy efectivo, a diferencia de lo ocurrido en las últimas semanas. Duelo igualado, pero la diferencia estaba en que el equipo coruñés tiene un aguijón llamado Emre Çolak.

El turco es la luz hasta en los momentos de más oscuridad, es siempre un apoyo para sus compañeros. Curiosamente no estuvo involucrado en la primera gran ocasión. El pase fue tenso, soberbio de Celso Borges y Andone fue académico en el desmarque y en cómo se coló ante los centrales. El remate fue horrible. Muchos deportivistas pensaron que el equipo no volvería a tener otra igual. Pronto el partido y la magia del turco les iban a contradecir. Una pérdida, una cabalgada sin oposición y su remate fue majestuoso e imposible para Iraizoz. 0-1. El grito deportivista retumbaba en San Mamés. Ganaba el Dépor y con un golazo. Casi una réplica al zambombazo de Raúl García en la primera vuelta. Ahora tocaba resistir. Al menos, en el primer tiempo lo hizo.

El Athletic es esta temporada un equipo de siesta en el acto inicial y de reacciones tras el descanso. Se ve superior en el San Mamés y en muchas ocasiones se puede dar el lujo de ceder algunos minutos. También lo hizo ante el Dépor y se dispuso a la remontada, pero sin pisar el acelerador a fondo. Ya llegaría. Tenía razón. De entrada el equipo vasco se encomendaba a su juego aéreo, al empuje de su grada y, en un día como el de hoy, al agujero del Dépor en su banda izquierda. Fernando Navarro no pudo en ningún momento con sus pares y los rojiblancos, con Iñaki Williams al mando de las operaciones, percutían y percutían por esa zona.

Primero fue un balón al palo de Raúl García en un saque de esquina. Unos minutos después sobrevino la primera desgracia. Volvieron a desnudar al catalán junto a la cal y el remate de Aduriz se encontró con la mano blanda de Tyton. Remachó Minuian a la red. 1-1. Un doble error que le alfombraba la remontada a un Athletic a medio gas, pero cien mil veces más seguro de sí mismo que el Dépor. Algo les decía en su interior que lo iba a acabar consiguiendo, a pesar de que una y otra vez se las veían con un Sidnei imperial.

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El Dépor cae sobre la hora en San Mamés

Ya mascaba el empate en San Mamés, pero no en la mente de los jugadores del Dépor. Una pérdida en el centro del campo le sirvió al Athletic para montar una contra letal y, de paso, para desenmascar a un equipo más que ingenuo. Media formación pudo frenar a Muniain y al resto de leones que intervinieron en la jugada. Nada. Aduriz, al borde del fuera de juego, se encontró un caramelo que no desperdició. 2-1. Se repetía la historia. La de la remontada de un Athletic a medio gas y la de la derrota de un Dépor inferior psicológicamente y castigado por los errores individuales. Se hablará de buen juego, pero le queda mucho por aprender y que remar para salvarse.

Ficha técnica (2-1)

Athletic: Iraizoz; De Marcos, Yeray, Laporte, Balenziaga; San José, Beñat (Iturraspe, m.68); Williams (Villalibre, m.84), Raúl García (Susaeta, m.68), Muniain; y Aduriz.

Deportivo: Tyton; Juanfran, Albentosa, Sidnei, Navarro; Guilherme, Borges; Carles Gil, Emre Çolak (Fayçal, m.87), Kakuta (Ola John, m.66); y Andone (Joselu, m.87).

Goles: 0-1, m.42: Çolak. 1-1, m.71: Muniain. 2-1, m.89: Aduriz.

Árbitro: Melero López (Andalucía). Mostró tarjeta amarilla al local San José (m.62) y a los visitantes Navarro (m.58) y Joselu (m.88).

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima segunda jornada de LaLiga Santander disputado en San Mamés ante 41.469 espectadores, según datos oficiales. Se guardó un minuto de silencio en memoria de los fallecidos en la tragedia sucedida el viernes en un estadio de Angola.