Al Dépor se le siguen atragantando los minutos finales. Salvo en el triunfo ante el Sporting (2-1), decidido por Ryan Babel con un golazo en el minuto 92 (2-1), al equipo coruñés se le han escapado un montón de puntos sobre la bocina. Diez, sumando el de ayer en San Mamés. Antes que el Athletic, también el Granada, el Sevilla, el Málaga y el Madrid golpearon al Dépor in extremis, una circunstancia que se ha repetido con demasiada frecuencia y que está pesando como un losa clasificatoriamente.

En su visita a Granada el conjunto blanquiazul tenía la victoria en la mano hasta que un tanto de Lombán, en el 81, acabó nivelando el marcador (1-1). Dos puntos dejó de ganar el Deportivo en el Nuevo Los Cármenes y tres se le cayeron de las manos en la siguiente jornada, en Riazor contra el Sevilla. El Dépor ganaba 2-1 pero dos tantos andaluces en cinco minutos, por mediación de Vitolo (m.87) y Mercado (m.92), le dieron la vuelta al resultado. En La Rosaleda fue Ontiveros el que decantó la balanza a favor del Málaga, firmando el 4-3 definitivo en el minuto 92. En el Santiago Bernabéu el equipo coruñés también estuvo muy cerca de puntuar, incluso de vencer, pero las dianas in extremis de Mariano (m.84) y Sergio Ramos (m.92) hicieron que el Dépor se fuera sin premio de Chamartín. También de vacío y cabizbajo abandonó ayer San Mamés, donde empezó ganando y acabó perdiendo por los goles de Muniain y Aduriz, el último en el 89.

El tanto del pichichi del Athletic estuvo salpicado de polémica por un posible fuera de juego no señalado. No es la primera vez en lo que va de temporada que el Deportivo resulta perjudicado por los errores arbitrales. Los fallos de los colegiados, unas veces a favor y otras en contra, tienden a igualarse a la larga, pero en el caso coruñés hasta ahora continúan siendo casi todos en una misma dirección.

Esta nueva derrota en San Mamés deja al Dépor en una situación más que delicada. Todavía no ha ganado en lo que va de año y sigue sin estrenar su casillero de victorias a domicilio. Con solo 19 puntos, le urge sumar, por lo que los próximos encuentros ante Alavés, en Riazor, y Leganés, en Butarque, se presentan como dos citas sin apenas margen para el error. Solo si saca adelante esos partidos el equipo blanquiazul podrá aspirar a tener un final de temporada tranquilo en su carrera por garantizar cuanto antes el objetivo de la salvación. Si no gana el sábado al Alavés, estará abocado a meterse en un lío.