El Deportivo trata de insistir en aquello que hace bien, pero al mismo tiempo es reiterativo en el error. En esa paradoja se encuentra atascado el equipo de Gaizka Garitano, capaz de firmar actuaciones convincentes como la del sábado ante el Athletic y a la vez de enterrar sus opciones en equivocaciones que se han vuelto ya comunes. No encuentran explicación aparente los jugadores, desconsolados ante la enésima desilusión, porque no por conocido el tropiezo se digiere mejor, más bien al contrario. Y es que la derrota en San Mamés se cocinó con los mismos ingredientes que anteriormente las de La Rosaleda o el Bernabéu, pecados que dejan al equipo a tres puntos del descenso con un partido todavía por jugar.

Incógnitas sin respuesta. "Es difícil de explicar porque en muchos partidos estamos siendo iguales o mejores que el otro equipo, pero al final no estamos consiguiendo el resultado", lamentó ayer Sidnei después del enésimo resbalón lejos de Riazor. "Hicimos una primera parte muy buena y en la segunda no creo que fuéramos inferiores a ellos, pero son cosas que pasan, el Athletic tiene un buen equipo, jugaba en casa y creo que merecimos los tres puntos", añadió. Los males de los deportivistas, sin embargo, son de sobra conocidos, especialmente por su entrenador.

El "otro fútbol". Argumenta Gaizka Garitano en su diagnóstico que el equipo no domina eso que llaman el "otro fútbol". La apuesta del técnico ha sido la de buscar una fórmula que les permita llegar a los resultados a través del buen fútbol, pero los deportivistas acumulan tropiezos por no manejarse con soltura en los resquicios que permite el reglamento. El sábado no fueron capaces de frenar el ímpetu del Athletic en los minutos finales, lo que tuvo un desenlace trágico en la jugada del gol de Aduriz.

Falta de contundencia. Una pérdida en el centro del campo desarmó a los deportivistas, que no encontraron respuesta para frenar el contragolpe del Athletic que desembocó en el segundo gol del conjunto rojiblanco. Nadie hizo una falta ni detuvo el avance de Susaeta cuando avanzaba con el balón. "Eso son cosas para el entrenador", apuntó ayer Sidnei cuestionado sobre una respuesta más contundente en esa jugada. El brasileño no comparte que el equipo carezca de carácter en esas situaciones o que necesite una dosis mayor de oficio en los minutos finales. "Lo podemos encarar de otra manera, pero no creo que seamos un equipo blando", manifestó el defensa y capitán deportivista.

Dudas en la portería. La derrota en San Mamés deja además dudas en una demarcación que desde la temporada pasada se ha convertido en una cuestión delicada. La actuación de Tyton lo pone en entredicho como antes había ocurrido con Germán Lux, al que relevó como titular. Los números del polaco no mejoran los del argentino y tampoco ha sido capaz de proporcionar a la portería deportivista la dosis de seguridad que le permita amarrar resultados como el sábado en San Mamés. El rendimiento de ambos añade dudas sobre la decisión del club de permitir la salida de Rubén Martínez rumbo a Bélgica. El portero de Coristanco tan solo disputó las eliminatorios de Copa, pero dejó buenas sensaciones tanto contra el Betis como ante el Alavés. Sin oportunidades en Liga, decidió solicitar una cesión en el mercado de invierno para no quedarse a la sombra de Tyton y Lux. Los problemas de esta temporada prolongan los del año pasado, cuando a la lesión de Fabricio se sumó la del argentino y terminó jugando Manu Fernández por delante de Pletikosa.

El consuelo de las sensaciones. El Deportivo puede enjugar sus penas con los méritos que hizo en un estadio tan complicado como San Mamés. Solo el Barcelona ha ganado allí esta temporada y los blanquiazules estuvieron cerca de lograrlo después de someter durante bastantes minutos a los rojiblancos. Lo hizo a través de la pelota y con Çolak y Carles Gil al mando, elementos imprescindibles de la propuesta de Garitano. Tuvo su aportación Kakuta, limitada por el déficit físico que todavía muestra el francés, pero llamado a convertirse en una pieza fundamental para los deportivistas de aquí al final de la temporada.