La afición deportivista terminó mostrando su hartazgo al final del partido con una sonora pitada a los jugadores que permanecieron sobre el césped, ya que la mayoría se marcharon camino de los vestuarios nada más pitar el final el árbitro. Hubo también pañuelos para resumir el cansancio de una grada que no ha visto ninguna victoria desde que arrancó 2017. Los aficionados ya habían silbado antes a Gaizka Garitano cuando se mencionó su nombre en la megafonía. La actuación de Albentosa también fue recriminada por los seguidores, al igual que la de Bruno Gama, pitado cuando fue sustituido.