Si últimamente, y jornada tras jornada, tomamos esas decisiones con algunos jugadores, será imposible conseguir el equipo tipo para mecanizar una serie de jugadas ofensivas y defensivas y alcanzar los puntos suficientes para salvarnos. De todas esas decisiones la más llamativa para mí fue la entrada de Ola John en Bilbao sin estar en condiciones para rendir y luego el pasado sábado se va a la grada. ¿Y de eso nos damos cuenta una semana más tarde? ¿Se está utilizando debidamente el fondo de armario?

La semana pasada escribía que en los momentos decisivos no sabíamos leer los partidos y jugadores y técnico se hicieron eco de ello, pero es que seguimos en las mismas. Si el equipo rival domina el juego aéreo, habrá que rasear la pelota y no colgar tanto balón a la olla, pues ya deberíamos conocer esa faceta del juego del Alavés porque nos habíamos enfrentado en tres ocasiones. Los mediapuntas de banda no desbordaron casi nunca, sobre todo Bruno (mira que le han dado ocasiones a este jugador). La defensa, una vez más, tuvo dificultades para sacar el balón jugado limitándose a realizar un juego horizontal y después directo, por la falta de ayudas de los pivotes y mediapuntas, por estar estáticos y ofrecerse en pocas ocasiones. Los movimientos de engaño en las estrategias siguen sin engañar a nadie. En el segundo tiempo el rendimiento del centro del campo bajó considerablemente al estar cansados y con las ideas nubladas, como en Bilbao.

El Deportivo tuvo ocasiones para marcar, pero al no materializarlas es como si no las tuviera y corremos el riesgo de entrar en una dinámica negativa que hay que atajar como sea.

Para mí, el mejor jugador del Deportivo fue Lux con cuatro paradas magníficas, eso lo dice todo.