El pasado deportivista de Martín Lasarte, su capacidad para aglutinar a la masa social blanquiazul en tiempos difíciles y su trayectoria en Sudamérica y en el fútbol español lo convierten en uno de los nombres recurrentes ante la eventual salida de Gaizka Garitano si el Dépor no es capaz de levantar el vuelo en Liga. El ex central blanquiazul es ahora técnico de Nacional de Montevideo y compareció en las últimas horas para hablar de la preparación de su equipo en una temporada en la que también disputará la Copa Libertadores. Se siente halagado ante el hecho de que desde A Coruña se acuerden de él para ocupar el banquillo de Riazor, pero descarta la posibilidad de abandonar ahora Montevideo. "No deja de ser un honor, que si hay una circunstancia puntual el club (el Deportivo) piense en mí", apunta el charrúa, según recoge Efe. "Yo me voy a quedar en Nacional", sentenció.

Martín Lasarte no es un neófito en los banquillos del Viejo Continente, ya que en las temporadas 2009-10 y 2010-11 fue el técnico que llevó a la Real Sociedad de nuevo a Primera División y consiguió la permanencia en el ejercicio de su regreso. En A Coruña estuvo tres años y medio después de llegar en los primeros meses de 1989. Hasta el verano de 1992 fue un fijo en las alineaciones de Arsenio Iglesias, con el que pasó a la historia en la icónica imagen del abrazo del Benito Villamarín tras la salvación en la promoción de permanencia ante el Betis. Hace dos años fue Víctor el ex jugador elegido, pero esta vez no será Martín Lasarte.