El banquillo es la asignatura pendiente del consejo de administración del Deportivo, que acumula ya la sentencia de cuatro técnicos desde su llegada al club en enero de 2014 y el que tome el mando hasta final de temporada será el quinto en cuatro temporadas. El principal candidato es Pepe Mel , con el que ayer contactaron desde la plaza de Pontevedra. Antes pasaron Fernando Vázquez, que devolvió el equipo a Primera División, Víctor Fernández, Víctor Sánchez del Amo y el ahora destituido Gaizka Garitano. Demasiados entrenadores para un equipo que busca una "estabilidad" que no logra encontrar en la figura del máximo responsable técnico del primer equipo.

La penosa imagen que el equipo blanquiazul dio en Leganés el pasado sábado sentenció a un Garitano que estaba prácticamente condenado por los resultados negativos que el equipo ha ido acumulando a lo largo de esta campaña. La derrota ante el Alavés en la jornada anterior dejó al vasco al pie del patíbulo; la humillación sufrida en Butarque supuso su decapitación. Estaba con ganas de seguir -la mayoría de los entrenadores suele hacerlo-, pero la situación del equipo lo hacía imposible para evitar riesgos mayores, como sucedió en la campaña 2014-15 cuando la directiva destituyó a Víctor Fernández. Entonces solo faltaban ocho partidos para el final.

También los resultados marcaron el despido del aragonés que dejó al equipo en la 17ª plaza con 27 puntos, a dos del descenso, una situación muy similar, pero el nuevo técnico tendrá quince jornadas para tratar de enderezar el rumbo de un equipo que "tiene menos puntos de los que se merece", frase repetida con reiteración por los adversarios del cuadro blanquiazul. En aquel abril de 2014 la solución fue Víctor Sánchez, un exfutbolista blanquiazul sin experiencia como máximo responsable de ningún banquillo que permitió levantar a un equipo y a una grada alicaída. El madrileño consiguió la permanencia ese curso y también el siguiente, pero el mal manejo del vestuario llevó a la secretaría técnica a romper el contrato a la conclusión del curso. Fue cuando llegó Gaizka Garitano.

A estos tres técnicos hay que añadir a Fernando Vázquez, el entrenador blanquiazul en la temporada 2013-14, cuando este consejo de administración ganó las alecciones. El de Castrofeito había llegado en la campaña anterior como relevo de Domingos Paciência -estuvo cinco partidos tras sustituir a un defenestrado José Luis Oltra-, y a punto estuvo de conseguir el imposible de la permanencia. La última jornada con la derrota en Riazor ante la Real Sociedad (0-1) dictó sentencia. Vázquez dirigió al equipo en Segunda y logró el ascenso a la primera, de la misma forma que Oltra lo había hecho dos años antes, pero ya no empezó la temporada. La decisión de la directiva, controvertida todavía hoy, fue por unas declaraciones del de Castrofeito durante una charla en un colegio.

Vázquez, el último entrenador que fichó Augusto César Lendoiro como presidente -una apuesta muy personal de Germán Rodríguez Conchado, entonces asesor jurídico del club- fue el primer de los entrenadores en caer con este consejo de administración. Acabó la temporada, pero no pudo seguir como le hubiese gustado. Algo similar sucedió con Víctor Sánchez, aunque por una causa totalmente diferente: el enfrentamiento con la caseta. Víctor Fernández y Gaizka Garitano ya no tuvieron la posibilidad de llegar al final, los resultados dictaron su sentencia.

El vasco se despidió esta mañana en Abengondo de los que fueron sus futbolistas y también de los seguidores blanquiazules a través de una rueda de prensa. Instante después Cristóbal Parralo dirigió el entrenamiento de la primera plantilla en los campos de Abegondo.