El fútbol se puede llegar a escribir y entender con pocas palabras, ni frases hacen falta a veces para explicarlo. Y así lo dejó patente el Deportivo ante el Barcelona.

Para quien lo haya visto, bastaría con un simple? sin palabras.

Para hacerlo dando a entender lo que fue capaz de poner en escena Pepe Mel, y cómo fue posible ejecutarlo, bastaría con algunas palabras que se resumirían en una sola.

Y es que palabras como solidaridad, compañerismo, esfuerzo o sacrificio, dependientes de la voluntad, se pueden resumir en una sola: generosidad.

A base de esto el Deportivo construyó su plan para contrarrestar y combatir a todo un poderosísimo Barcelona. Un equipo capaz de dividirte con muy poco, y ante el que hay que multiplicarse por mucho para imponerte.

Pretender disputarle el balón al Barcelona está al alcance de pocos equipos. El Deportivo no es uno de esos, y con los mimbres de los que se disponía, lo adecuado parecía buscar los caminos del gol a través de contraataques más que en acciones combinativas.

Mediante un repliegue medio cuando el Barcelona atacaba organizado, y con presión más alta ante perdidas en ataque propio, el Deportivo comenzó a entrar en el partido con descaro y hasta con una cierta superioridad sobre el conjunto catalán, que no veía como poder colocar balones entre unas líneas muy juntas y organizadas del equipo blanquiazul.

El planteamiento de Pepe Mel prescindiendo de Emre Çolak y dando entrada a Carles Gil en esa posición, junto a la colaboración en tareas defensivas de Bruno Gama y Fajr, permitía que el Deportivo fuera creciendo en confianza defensiva y asomarse con descaro al área del equipo azulgrana.

Las obligaciones apretaban al Barcelona, quien ni siquiera pudo hacer valer su gol del empate conseguido en uno de esos momentos llamados psicológicos del partido. No parecía justo que después de lo expuesto en la primera mitad, la ventaja que el Deportivo había conseguido con justicia, se fuera dilapidar con este gol azulgrana y con todo un mundo por delante de 45 minutos más añadido correspondiente.

No hubo tiempo siquiera a las dudas, un Deportivo confiado en el diseño proyectado para este partido, siguió imponiéndose en defensa con cierta solvencia, hasta el punto de obligar a su rival a tirar de todos los recursos posibles que tenía en el banquillo. Hasta en la estrategia de los cambios, el Deportivo superó al Barcelona. Tanto es así que incluso la diferencia en el marcador podría haber sido mayor en la segunda parte, si esa palabra que resume a las que dependen de la voluntad, se hubiera ejecutado por parte de Fajr en ataque, de la misma manera que lo hizo en el trabajo defensivo.