Pepe Mel recupera efectivos para la fase decisiva de la temporada, las últimas diez jornadas, en las que el Deportivo tratará de garantizar lo antes posible el objetivo de la permanencia. Salvo Luisinho Correia, que se perderá por sanción la visita del próximo fin de semana a Mestalla, los demás integrantes de la plantilla estarán a disposición del técnico madrileño para después del parón. Eso, siempre y cuando no surja ningún contratiempo y el virus FIFA respete al equipo coruñés. Sidnei Rechel ultima su recuperación, todavía al margen, pero con la idea clara de unirse al grupo a principios de la próxima semana para estar en plenas condiciones en Valencia. Allí podrá enfrentarse a su exequipo Carles Gil, quien ayer completó todas las tareas con normalidad tras superar unas molestias en los isquiotibiales que lo mermaron durante la semana. "Fue una pequeña sobrecarga y preferimos no tomar ningún riesgo -relata el mediapunta-. Ya he entrenado, y con buenas sensaciones, así que no hay ningún problema".

Alejandro Arribas, el otro tocado por un golpe en el tobillo recibido frente el Celta, inició ayer su reincorporación a las tareas colectiva para a continuación retirarse antes que el resto. El defensa también podrá competir en Mestalla, al igual que Bruno Gama y Pedro Mosquera, quienes ayer rebajaron la intensidad por cansancio muscular. El portugués optó por quedarse en el gimnasio en la última jornada de trabajo de la semana, mientras que el coruñés hizo medio entrenamiento a pleno rendimiento antes de marcharse a la ducha. El parón les permite dosificar, pero si hubiera partido este fin de semana estarían a disposición de Mel.

Nadie quiere perderse el último mes y medio de competición, que el Dépor encara con energías renovadas tras el impulso anímico que supuso la llegada del extécnico del Betis al banquillo de Riazor. "Desde el primer momento nos dio una inyección de moral y confianza que el equipo necesitaba como el comer. Estábamos bajo mínimos y el entrenador lo supo ver enseguida. Con apenas unos días con nosotros el cambio fue brutal", explica Carles Gil, quien comprende la decepción expresada públicamente por Joselu con el anterior técnico, Gaizka Garitano. "Entiendo a Joselu porque después de una lesión no lo pasó bien. Quien no juega está en parte decepcionado. Igual no contó con los minutos que esperaba. No va más allá de eso", zanja Gil.

El exvalencianista considera "una tontería" hacer cuentas a estas alturas sobre los puntos que harán falta para alcanzar la salvación y opta por marcarse objetivos "a corto plazo", empezando por el del fin de semana que viene en Mestalla, una cita "muy especial" para él por su pasado ché. "Siempre miramos a corto plazo. Tenemos un colchón bueno pero queremos intentar conseguir ese número de puntos que nos aleje definitivamente y nos permita tener un tramo final tranquilo. Venimos de una racha muy buena, tanto de sensaciones como de puntos", añade Gil, reacio a pronunciarse sobre su futuro hasta final de curso. "No pienso demasiado en eso. Lo primero es conseguir el objetivo. Estos diez partidos son claves. Tenemos que lograr el objetivo y dar un buen rendimiento en estos encuentros. Estoy a gusto aquí, en España, pero se tienen que dar muchas cosas", concluye el mediapunta, cuyos derechos son propiedad del Aston Villa.