El Deportivo encara las últimas diez jornadas de Liga con un margen relativamente amplio sobre el descenso -seis puntos- y con la tranquilidad de saber que con tres victorias, más algún empate, debería resultar suficiente para garantizar la salvación, un objetivo especialmente barato esta temporada. Con diez puntos más a sumar a los 27 que tiene, es decir, uno por cada jornada que falta, el Dépor tendrá suficiente para evitar una de las tres últimas plazas. Eso, siempre en teoría, salvo reacción prodigiosa de alguno de los de abajo. La campaña pasada el Rayo Vallecano perdió la categoría con 38 puntos, una marca que este año todo apunta a que llegará para seguir en Primera, teniendo en cuenta la baja puntuación de los tres que están en la zona de condena. A ese listón, como mínimo, aspira el equipo coruñés, cuya meta para este último mes y medio de competición es alcanzar cuanto antes esos 37 o 38 puntos con los que renovar su billete para competir un año más en la máxima categoría del fútbol español.

En ningún caso harán falta los 44 puntos que necesitó el Mallorca para evitar la quema en 2011, el año del inesperado descenso blanquiazul con Miguel Ángel Lotina en el banquillo de Riazor. El Dépor acabó aquel campeonato con 43 puntos, pero se juntaron varios condicionantes, algunos de ellos incontrolables, que lo acabaron mandando a Segunda. Fue la única vez en la historia que un equipo se cayó de la elite con semejante puntuación. Con 42 bajaron el Betis en el año 2000 -el del título de Liga del Deportivo-, el Zaragoza en 2008 y de nuevo el Betis en 2009, pero con 43 solo perdió la categoría el conjunto blanquiazul en 2011.

En los últimos años las diferencias de potencial entre los de arriba y los de abajo se han ido agrandando, hasta el punto de que los modestos cada vez tienen más problemas para sumar. Hace dos años, en 2015, al Deportivo y al Granada les bastaron 35 puntos para aferrarse a la elite, beneficiados por el triple empate a 35 con Osasuna, que inicialmente bajó y luego acabó manteniendo la categoría por el descenso administrativo del Elche. También el curso pasado la salvación estuvo relativamente barata, con Sporting de Gijón y Granada salvándose pese a terminar con 39.

Este año los tres puestos de descenso están siendo muy marcados prácticamente desde el inicio de la temporada, con Osasuna hundido (11 puntos), y Sporting (21) y Granada (19) rondando todavía la veintena. El registro del Deportivo (27) es también pobre al haber sumado menos de un punto por jornada, pero la lentitud de los tres de abajo permite al conjunto de Pepe Mel conservar un colchón de seis sobre el antepenúltimo, el Sporting. Seis más el golaveraje particular, ya que el equipo coruñés ganó al gijonés los dos partidos, tanto el de Riazor como el más reciente disputado en El Molinón.

En los últimos diez partidos de la primera vuelta el Deportivo sumó 11 puntos ante los rivales a los que ahora debe enfrentarse hasta final de Liga. De esos duelos, solo perdió tres, ante Sevilla, Málaga y Madrid. En los otros siete encuentros arañó al menos un punto, con victorias ante Real Sociedad y Osasuna, y empates contra Valencia, Granada, Espanyol, Villarreal y Las Palmas. Dos triunfos y cinco igualadas, es decir, 11 puntos de 30 posibles. Si repite esa discreta marca en el esprint final del campeonato finalizaría la Liga con 38 puntos, un registro que debería resultar suficiente para evitar las tres últimas plazas de la tabla.

Tanto el técnico del Deportivo, Pepe Mel, como sus futbolistas no piensan más allá del partido más inmediato, en este caso el del próximo domingo en Mestalla (18.30 horas). Como explicó Carles Gil tras el último entrenamiento de la semana, sacar ya la calculadora y empezar a hacer números es una "tontería", teniendo en cuenta que todavía quedan 30 puntos por los que pelear. "Siempre miramos a corto plazo. Tenemos un colchón bueno pero queremos intentar conseguir ese número de puntos que nos aleje definitivamente y nos permita tener un tramo final tranquilo", añadió el valenciano.