Está enganchado. Queriendo o sin querer no abandona el sufrimiento, el filo del precipicio, este Deportivo. Pocas veces se le presentarán oportunidades más perfectas para sellar una salvación que le están poniendo en bandeja de plata. El Granada era un equipo dócil, sin malicia, hasta acobardado; ni siquiera hizo ademán el equipo nazarí de buscar una victoria que era el único pasaporte que le podía llevar a la salvación. Pues ante un conjunto tan limitado y preparado para que lo ajusticiaran, el Dépor volvió a demostrar una pasividad inexplicable en la primera media hora para luego ahogarse en sus propias debilidades, inseguridades y prisas. La tabla le señala con un punto más de alivio sobre la quema, no dice lo mismo lo que se vio sobre el césped ni los pitos que se oyeron desde la grada al final del partido.

El Dépor arrancó el duelo desconectado, como si las emergencias no fuesen con él. Ni siquiera estaba pasado de revoluciones. Y eso que la apuesta de Mel lo tenía todo para que saltasen chispas. De lo que tiene el equipo coruñés no se dejó ni escondió nada. Esquema natural, Andone arriba, una tripleta formada por Carles Gil, el deseado Emre y Marlos y el doble pivote habitual. El técnico había apostado sobre seguro para transitar por el camino cierto y que, por fin, explotase el fútbol que supuestamente lleva el equipo dentro. Nada de nada.

El Dépor tuvo un par de intentos furtivos en los primeros minutos. Más intención que realidad. Pronto se demostró que el equipo estaba incómodo con la pelota, sobre todo, en la salida. Llegaba muy sucia o ni siquiera se asomaba por las posiciones ofensivas. La presión arriba tampoco funcionaba. Mal panorama. El Granada, ante tal pacto de no agresión, empezó a sentirse cómodo y a reclamar el esférico. Buscaba tocar y comenzar a creérselo, poco hacía. Eran golpes al aire y sin fuerza. Aun así, Estupiñán e Isaac Cuenca tuvieron dos oportunidades más importantes en la primera media hora.

Toda el alma que le faltó al primer acto se puso sobre el césped en el segundo. Demasiada. A los quince segundos Marlos ya había centrado al área y así fueron esos 45 minutos. Un monólogo. Balón va, pelota viene. Al Dépor le sobraban los nervios y la precipitación y le faltaba fútbol y pausa. El colombiano fue, precisamente, uno de los que más insistió. Tuvo dos muy claras, una por la banda y otra después de un gran centro de Bruno Gama, que añadió más picante al equipo con su entrada. Él fue una de las caras de ese acoso, hubo más.

Juanfran se hinchó a poner centros al área, pero entre los que eran despejados y los que se escapaban por un poco se fueron diluyendo las opciones deportivistas. Como el agua entre las manos. El Granada, con una pasividad extraña dada su situación y con infinidad de pérdidas de balón en zonas comprometidas, parecía invitarle en todo momento a ir a por ese 1-0. El equipo coruñés no paró de buscarlo y disfrutó de una de las más claras en una de sus condenas esta temporada.

Estupiñán demostró su bisoñez con un penalti sobre un fallón y precipitado Andone. Una acción más radiografiada que real; resultaba imposible no señalarlo. En Valencia lo había fallado Fayçal, semanas atrás el rumano y esta vez se encontraba sobre el césped la opción más fiable: Celso Borges. Pues el tico también lo erró. Un disparo centrado, ingenuo, fácil para el Memo. El desastre se culminó cuando el costarricense se mostró excesivamente pasivo al atacar el rechace. La defensa del Granada llegó a tiempo. Quinta pena máxima fallada esta temporada. Ojalá no haya que lamentarlas al final del ejercicio.

El Dépor intentó rehacerse en los últimos momentos, pero ese fallo capital fue un duro golpe que ahondó en sus dudas. De derecha a izquierda y en salidas rápidas no dejó de luchar por un triunfo liberador. Fue imposible. El duelo lo había perdido mucho antes, ya era tarde.

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El Dépor no pasa del empate ante el Granada

Ficha técnica (0-0):

Deportivo: Lux; Juanfran, Arribas, Sidnei, Luisinho; Guilherme, Borges; Carles Gil (Bruno Gama, min.57), Çolak, Marlos Moreno (Ola John, min.74); y Florin Andone.

Granada: Ochoa; Foulquier, Vezo, Saunier, Estupiñán; Cuenca, Andreas Pereira, Wakaso, Héctor Hernández (Atzili, min.84); Boga y Kravets (Ezequiel Ponce, min.60).

Árbitro: Del Cerro Grande, del colegio madrileño. Mostró amarilla a Héctor (min.44), Estupiñán (min.75), Andreas Pereira (min.75) y Cuenca (min.91), del Granada; y a Ola John (min.91), del Deportivo.

Incidencias: Partido de la trigésima jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio de Riazor ante 19.302 aficionados, según el Deportivo.