La primera decisión del Dépor tras recibir el palo del Tribunal Supremo, que recalificó 21,7 millones convirtiéndolos en deuda dura, fue solicitar una reunión con los responsables de la Agencia Tributaria para establecer una vía de diálogo que permitiese al club coger algo de aire ante unos pagos que se habían endurecido tras el fallo. Pues esa cumbre ya se ha producido y, aunque se puede considerar una charla preliminar y apenas se han producido avances, desde el club han notado una buena predisposición por parte de Hacienda en ese primer contacto. La idea del club es, apoyándose en su fama de buen pagador adquirida desde 2014, intentar buscar vías que relajen las condiciones para que el equipo amplíe su tope salarial y pueda competir de manera digna en Primera. Las conversaciones no son sencillas porque cualquier decisión de la AEAT es analizada con lupa por los responsables políticos y por el resto de clubes y porque la ley le respalda, pero desde la plaza de Pontevedra se seguirá explorando esa vía en las próximas semanas.

Este es el primer movimiento de cara al exterior del consejo de administración del Deportivo después de una primera reunión de sus miembros, tan solo unos días después de que se conociese la sentencia, en la que se acordó trazar las líneas básicas de un plan de contingencia para ahorrar en algunas partidas, que tuvo como primera medida la cancelación del proyecto del nuevo museo del Deportivo. Coincidiendo con el 110 aniversario del club coruñés en 2016, era una de las piedras angulares de la segunda parte del mandato de Tino Fernández. Él y sus consejeros querían hacer una fuerte inversión. De momento, tendrá que esperar; se ha pospuesto.

A pesar de que la idea es seguir avanzando por este camino, el Dépor también contempla otras posibilidades, que sirvan para abrir nuevos caminos y relajar las condiciones de pago, como puede ser la venta de la deuda. Ahora mismo el panorama obliga al club a enfrentarse a pagos por valor de unos 50 millones en los próximos cinco ejercicios, lo cual no le imposibilita para afrontar estas cantidades, siempre que continúe en la máxima categoría, pero le ahoga para ser competitivo, con el grave riesgo que conlleva un descenso. El consejo se ha dado de plazo hasta verano para resolver esta situación.