En algún momento el Deportivo iba a agotar el efecto revitalizador que supuso la llegada de Pepe Mel al banquillo. Para contrarrestarlo necesitaba solucionar las lagunas futbolísticas que desembocaron en el cese de Gaizka Garitano, pero no ha sido capaz de lograrlo. Sin el impulso anímico de los primeros partidos con el madrileño al mando y sin consistencia en el juego, el conjunto blanquiazul atraviesa una racha negativa de cuatro partidos sin ganar que lo condenan a un final de temporada apurado en la lucha por la permanencia.

El mal momento de los deportivistas se manifiesta en la cifra de goles encajados en los compromisos más recientes. Tras ocho encuentros con Mel al frente, el equipo ha recibido en los últimos cuatro encuentros el doble de goles que en los cuatro primeros. Ocho goles ante Celta, Valencia, Granada (el único en el que dejó la portería imbatida) y Sevilla frente a los tres que recibió contra Atlético, Sporting, Betis y Barcelona.

El equipo ha perdido así la solidez que había logrado imprimirle Mel tras su llegada, encajando dos goleadas consecutivas a domicilio que han mermado sus posibilidades de escalar posiciones en la clasificación. La última, el sábado ante el Sevilla, dejó dudas por la inercia que acumula el equipo y por las sensaciones sobre el césped.

El Deportivo volvió a entregar los minutos iniciales, condicionado en este caso por una lesión que Juanfran no supo manejar, y encajó dos tantos que alteraron todo lo preparado desde el banquillo. Ni el propio lateral derecho acierta a encontrar una explicación para los problemas que atraviesa el equipo en las últimas semanas. "Tenemos que centrarnos en nosotros mismos, levantar el ánimo, ser valientes, atrevernos, sacar el fútbol que tenemos dentro y a eso sumarle un plus de intensidad que no sabemos por qué nos está faltando", recomendó como solución a los males que acechan a los deportivistas desde que se impusieron al Barcelona en Riazor.

Desde aquella victoria, el conjunto de Pepe Mel solo ha sumado dos puntos de doce posibles. Aún así ha logrado mantenerse fuera de los puestos de descenso y a una distancia prudencial gracias a los resultados de los equipos colocados inmediatamente por debajo. Ese es el único consuelo que encuentra Juanfran dentro de la mala dinámica en la que están inmersos. "Nosotros no estamos haciéndolo bien, es más, estamos haciéndolo muy mal, pero hay equipos que lo están haciendo un poquito peor que nosotros y esperemos que sigan así porque nos están facilitando conseguir un objetivo barato y aun así nos está costando llegar", reconoció. "Aún podemos solucionarlo y hacer un final de Liga bueno. Tenemos opciones y partidos para sacar puntos y acercarnos más a 40 que quedarnos más cerca de 30, pero sería una lástima el no descender porque otros equipos no hayan conseguido un mínimo de puntos", añadió el defensa.

Juanfran reconoció que los últimos resultados han afectado en lo anímico y han despertado los reproches tanto del técnico como de la afición deportivista. "Esta semana era importante, perdimos 3-0 contra el Valencia, empatamos contra el Granada, que era fundamental y no estuvimos todo lo bien que deberíamos haber estado, y perdimos 4-2 en Sevilla. El entrenador tiene que estar enfadado y es la realidad. El entrenador está enfadado, nosotros estamos enfadados con nosotros mismos, la afición está enfadada... es normal. Lo que no puede ser es fiesta y alegría cuando no ganas y el objetivo se complica", argumentó ayer el defensa tras el entrenamiento.