Fue pisar Mauro Silva el césped de Riazor y todo se arregló. Como antaño. Bajó en el descanso, se llevó una ovación y el cariño de su gente y a los dos minutos ya ganaba el equipo. Centro milimétrico de Luisinho, que liberó a Joselu y al Dépor. Un tanto que hacía la diferencia y que le señalaba el camino de una victoria sufrida por las dudas y las limitaciones, pero que finalmente se metió en el bolsillo. Le faltó en ataque, se mostró más seguro atrás y finalmente pudo aprovecharse de un Málaga algo desconectado tras hacer los deberes. Riazor pasó de los pitos a los contenidos aplausos, sin olvidar lo que ha ocurrido. Al menos, respira y mira al futuro con tranquilidad.

Pepe Mel volvía a desplegar su Dépor sin guardarse nada. El pero no estaba tanto en su intención ofensiva, que nadie discutía; las objeciones venían en los nombres. Su idea era rodear al ariete de Silleda de talento y de trabajo al presionar la salida de balón con la presencia de Carles Gil, pero en el primer acto poco se cumplió de su idea mental de partido. La grada echaba de menos a Andone y Emre Çolak, a los que les tocaba hacerle la horma a su asiento en el banquillo.

El Dépor buscaba ser incisivo para golpear con rapidez y no tener que masticar la jugada. De hecho, de un error forzado a los malacitanos llegó la mejor ocasión del primer tiempo para los blanquiazules con un tibio disparo del valenciano. Carles Gil estaba siendo de lo mejor en posiciones avanzadas, su inclusión no chirriaba. Donde tenía problemas el equipo coruñés era en su punta de lanza y cómo le alimentaba. No le llegaban buenos balones a Joselu y, por momentos, tenía que generarse él mismo las ocasiones con el balón echado al suelo y caído a una banda. Y así le cuesta un mundo. El circuito de ataque blanquiazul se cortaba antes de llegar a su delantero, Riazor se impacientaba y muchas veces lo pagaba con el '7'.

Así se llegó al final del primer acto con un Málaga que jugaba con paciencia, tocando y tocando para buscar superioridades en posiciones avanzadas o en la banda débil. Fuego de artificio. Todo sin oportunidades reales, mientras Sandro y Arribas tenían un duelo al sol. No había problema. El deportivista lo tenía atado en corto.

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El Dépor doblega al Málaga y vuelve a ganar en Riazor

El segundo acto ya fue otra cosa. A los dos minutos le llegó el primer centro decente a Joselu y le sobró colocación y cuerpo para cargar con las trabas de Luis Hernández y con la intromisión de Kakuta. Balón a la red. Celebración de alivio de Riazor y de rabia y de exceso en los gestos del protagonista. Convertía los pitos en aplausos justo cuando, por fin, el equipo supo aprovechar sus específicas cualidades. Diez minutos más tarde era sustituido y no se lo tomaba nada bien el gallego. Su intercambio de impresiones fue de todo menos amistosa con un Mel, que ha apostado por él a contracorriente.

Llegaba el momento de Andone, que pudo marcar y hacer el 2-0 en su primera acción. También reclamaba protagonismo, pronto se notó algo más su dinamismo sobre el césped, quizás el problema es que este equipo está configurado para jugar con un ariete de su estilo, más que una cuestión de nombres.

En ese momento, el Málaga ya estaba lanzado en pos de la portería coruñesa. El doble cambio con Jony y Keko le ayudaba a percutir por banda. Mel no le gustaba nada lo que veía y decidió reforzar la media con Pedro Mosquera como líder de un trivote. Blindar para contener y atacar con más orden y así sacar réditos del desorden andaluz. A los tres minutos el coruñés, solo, le daba la razón tras remachar a la red una prolongación de espuela de Carles Gil. 2-0.

Es tanto fue una bocanada de aire fresco para el Dépor. Aún tuvo que apretar los dientes y, de hecho, Camacho mandó una al palo que pudo ser el 2-1, pero no había ahogo real más que psicológico. Kakuta, muy lejos de su versión de Sevilla, se gustaba y casi cede una asistencia para el tercero. Tuvieron varias los blanquiazules para conseguirlo. El Málaga lo intentó en los últimos minutos y ahí se agigantó la zaga coruñesa, que hoy estuvo a un gran nivel. Arribas y Luisinho, salvadores. El sol se asomaba por encima de las nubes en el cielo coruñes y Riazor, con una alegría justa pero intensa, atisbaba una salvación, que debía haber finiquitado hace algunas semanas. Queda el último golpe de riñón, pero ya se está ajustando el maillot para la foto, esa no debe tener un lugar principal en el álbum.

FICHA TÉCNICA (DEPORTIVO-MÁLAGA, 2-0)

Deportivo: Lux; Juanfran, Arribas, Sidnei, Luisinho; Guilherme, Borges; Bruno Gama (Mosquera, min.63), Carles Gil, Kakuta (Ola John, min.82); y Joselu (Andone, min.59).

Málaga: Kameni; Rosales, Llorente, Luis Hernández (Keko, min.59) , Mikel Villanueva, Juankar; Recio (Charles, min.72), Camacho, Pablo Fornals; Chory Castro (Jony, min.59) y Sandro.

Goles: 1-0, min.47: Joselu. 2-0, min.67: Mosquera.

Árbitro: Undiano Mallenco, del colegio navarro. Amonestó a Guilherme (min.21) y Arribas (min.72), del Deportivo; y a Recio (min.23), Luis Hernández (min.24), Keko (min.73) y Camacho (min.84), del Málaga.

Incidencias: Partido de la trigésimo segunda jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio de Riazor ante 20.300 aficionados, según el club coruñés. En el descanso del encuentro, el exjugador del Deportivo Mauro Silva, que militó el conjunto coruñés desde 1992 hasta que se retiró en 2005, recibió el homenaje de la afición deportivista, que recientemente le votó como el mejor futbolista del club en sus 110 años de historia.