El Deportivo salió vivo de Atocha en la temporada 1991-92 gracias a un gol de Djukic y a un acierto de Juan Canales, que detuvo un penalti en la primera mitad que podría haber supuesto la sentencia a un encuentro, ya que Océano había adelantado a la Real Sociedad a los cuatro minutos de partido. La intervención del portero manchego al lanzamiento del donostiarra Océano mantuvo vivo al equipo coruñés, que necesitaba puntuar para seguir fuera de los puestos de descenso. En la segunda mitad Djukic logró anotar el empate a un gol, resultado con el que finalizó el partido. Son hechos que acontecen en cualquier partido de fútbol, pero con una diferencia importante, que al final del choque el árbitro pidió perdón a los deportivistas por haber señalado un penalti que no había existido. Teodosio Hernández Velázquez, de Valladolid, estaba en el mismo hotel que los deportivistas y tras la cena pudo comprobar a través de la televisión que se había equivocado. Así se lo reconoció a los dirigentes que se habían desplazado con el equipo en aquel partido.

Era el cuarto partido de Arsenio Iglesias tras su regreso al banquillo deportivista para sustituir a Marco Antonio Boronat. El guipuzcoano fue el elegido por Augusto César Lendoiro como recambio del de Arteixo, que había decidido retirarse tras alcanzar el ascenso el año anterior, pero la marcha del equipo era negativa y con una dinámica que lo conducía inexorablemente de vuelta a Segunda División. La derrota en el Carlos Belmonte (3-0) frente al Albacete dejaba al Deportivo en el 17º puesto (descendían dos y otros dos jugaban la promoción en una Liga en la que la victoria valía dos puntos), con 23 puntos, a dos del descenso y empatado con el Tenerife, que se libraba de cualquier apuro. El partido de Atocha era muy complicado porque la Real aspiraba a entrar en Europa; sin embargo, los blanquiazules hicieron méritos para empatar. "Creo que la Real, aparte de los primeros quince o veinte minutos, no ha hecho ocasiones. El resultado es bueno y hay que darle la enhorabuena al Deportivo, ya que sus jugadores han estado muy concentrados", fueron las palabras de John Benjamin Toschack, entonces entrenador del equipo donostiarra y que cuatro años más tarde acabaría sustituyendo a Arsenio en Riazor.

Juan Canales fue uno de los héroes de aquel encuentro, detuvo el penalti y realizó otras paradas de mérito. Había sustituido a Liaño, que era el titular en aquella época, en ese encuentro. El cántabro emuló la actuación de su compañero en el mismo escenario en la temporada siguiente. "Guardo buen recuerdo del partido de la temporada 1992-93, también en Atocha, en el que ganamos y en el que salí muy contento con mi actuación". Se refiere Liaño al último que disputó el cuadro coruñés en el vetusto campo -la Real empezó a jugar en Anoeta en el curso siguiente- en el que los deportivistas se impusieron 0-2 con goles de Claudio y Aldana. Fue el año de la llegada de Mauro Silva y Bebeto, en el que los deportivistas acabaron en la tercera posición y lograron billete para disputar la Copa de la UEFA.

La noche del partido de la temporada anterior, la del empate a un gol que permitió al Deportivo seguir peleando por la permanencia, fue testigo de un hecho inusual y casi prohibido para los árbitros: las disculpas de Hernández Velázquez por pitar un penalti inexistente, conclusión a la que llegó después de ver la televisión. El vallisoletano había hecho alusión a la complicación del equipo, de lo mucho que se jugaba y se lamentaba de que un error de ese calibre hubiese podido suponer su descenso. En el campo, nadie había protestado excepto Canales; desde la grada el penalti parecía muy claro? El portero manchego neutralizó el lanzamiento de Océano y evitó que la Real se fuese con dos goles de ventaja. Después llegó el empate de Djukic tras centro de Kiriakov y las posibilidades de lograr la permanencia continuaron intactas.