Quizá el Deportivo pagó al inicio de su partido de ayer ante el Madrid la ambición con la que el conjunto de Zinedine Zidane visitó Riazor tras su derrota ante el Barcelona en el clásico, o puede que simplemente acusara la flojera al ver que los blancos se adelantaban cuando aún no se había cumplido ni un minuto. No encontró respuesta el conjunto de Pepe Mel al arrollador comienzo madridista, ni desde el planteamiento ni tampoco a través de la necesaria concentración en el arranque, otra vez en entredicho. Solo Lux sostuvo al equipo ante el vendaval de los de Zidane. Lo hizo con varias intervenciones de mérito antes de que se alcanzara el cuarto de hora y cuando los deportivistas ya marchaban dos goles abajo. El argentino, sin embargo, tendría que ser sustituido en el descanso debido a una sobrecarga en el cuádriceps de la pierna derecha.

El portero fue el sostén de los blanquiazules en unos primeros veinte minutos en los que el Deportivo rozó la humillación, y eso que el arranque del meta tampoco fue esperanzador. Una pérdida de balón inmediatamente posterior al saque inicial derivó en un contragolpe que el Madrid aprovechó con un pase hacia la carrera de Morata. El delantero cruzó el balón al palo de Lux, que no cubrió a conciencia esa zona de la portería.

Se agigantó después con varias intervenciones que evitaron que el Madrid alcanzase el cuarto de hora con varios tantos, incluida una que en la que detuvo con la cara un disparo a bocajarro de Morata. El argentino representó la única luz entre las tinieblas de un Deportivo que solo compitió diez minutos, los que transcurrieron desde el gol de Andone hasta el final de la primera parte.

El resto del tiempo claudicó ante la propuesta de un Madrid hipermotivado. No tuvo respuesta ante el empuje blanco a través de una alineación y un planteamiento que invitaban a que el conjunto de Zidane se desplegase con facilidad, sin que nadie entorpeciese a los jugadores madridistas. No hubo ayudas en un centro del campo desbordado, tan solo un atisbo cuando Mel prescindió de Kakuta y colocó a Fernando Navarro para mejorar una pizca la presión.