Manu Sánchez fue el hombre en el que confió el Deportivo para guiar al equipo femenino en los primeros pasos. Dirigió al grupo desde la banda y fichó a las jugadoras que estuvieron a sus órdenes. La primera temporada llega a su fin y él hace balance, mientras mira con optimismo al futuro.

- Se escapó el ascenso, pero en el primer año la valoración debe ir más allá, ¿no?

-Claro. Yo creo que ya dejamos claro al empezar que el objetivo este año no era subir. Había que darle vida, estructura y sacar adelante un proyecto de la nada. La gente solo ve los entrenamientos, pero hay más. Del Orzán solo se absorbió la plaza y vinieron siete jugadoras. Teníamos que hacer de todo, hasta habituar a los empleados de la ciudad deportiva a que estuviesen mujeres en las instalaciones. Y la verdad, viendo los ejemplos de otros, aquí fue todo coser y cantar.

- ¿Tuvieron claro desde el principio que echar a andar el Dépor femenino no era crear un conjunto más?

-Sin duda. Por aquel Karbo de los 80, por todo lo que supuso, el Dépor femenino era y sigue siendo una reivindicación social, no un equipo más. La idea era que este club tuviese su propio proyecto, serio, que le diera oportunidades a las chicas de A Coruña y su comarca.

- Muchos gestos en el trabajo diario, incluso a nivel de actos institucionales o de imagen corporativa, han equiparado a los equipos masculinos y femeninos. ¿Qué valor les concede?

-Muchísimo. De hecho, creo que es el elemento diferencial con respecto a otros conjuntos, incluso de Primera. Las condiciones en la ciudad deportiva, las firmas de autógrafos, las imágenes de las jugadoras en la tienda... El tratamiento es absolutamente de primer equipo. Sonará a pelota, pero es de agradecer que se haya hecho así. Yo viví de cerca el nacimiento de conjuntos como el Eibar o el Valladolid y se lo comentas a otras personas y alucinan, no hay nada parecido ni por asomo.

- ¿Todos esos detalles serán ahora un elemento más para convencer a nuevos fichajes?

-Claro. El primer año era difícil convencerlas de que el Dépor femenino iba a tener esa importancia. Las chicas flipan con todo esto, pero yo también defiendo que ellas se lo curran y se lo merecen. Cuidan la alimentación y trabajan cuatro o cinco veces por semana, algo que no lo hacen ni siquiera algunos de Segunda B o Tercera masculina.

- Ya empezó el trabajo de planificación de la próxima temporada. ¿Retendrán a Tere, Nuria, Estefi... a las mejores jugadoras?

-Es cierto que ya ha habido ofertas por jugadoras de la plantilla, pero ellas han decidido quedarse. Tere y Raquel van a seguir y a Nuria la hemos renovado. Y de palabra ya hemos confirmado a gran parte del grupo. El 70% del equipo será el bloque de este año.

- Esos movimientos de otros clubes refuerzan la labor de captación de hace meses. ¿Lo ve así?

-Claro. Se hizo una apuesta por una filosofía y el tiempo nos da la razón. El Dépor quería ascender y se apoyó en mi conocimiento para confeccionar la plantilla. Mi idea era apostar por la generación de la selección gallega sub18 y rodearla de cuatro o cinco veteranas. Al principio generó dudas y me costó hacerlo ver. Esa línea es, además, un pasaporte para el futuro. Cuando subamos a Primera, este grupo estará en una edad perfecta para competir. También se genera un sentido de pertenencia. Algunas chicas vinieron de fuera y cada día sienten al Dépor más suyo.

- ¿Es obligado el ascenso la próxima temporada?

-Ya este año no renunciábamos a él y yo me lo exigí a mí mismo por orgullo, pero no me parecía justo cargar a unas niñas con esa presión. Hay que tener en cuenta que el 90% son menores de 20 años. Para el próximo año el objetivo tiene que ser ganar la Liga y luego a ver cómo llegamos al play off.

- El sistema no ayuda. ¿No cree que es más sencillo mantenerse que subir?

-Seguro. Hay 102 equipos para 2 plazas, es una salvajada. El Oviedo Moderno ha hecho una liga perfecta y como se encuentre con el Sevilla o el Madrid en el sorteo... Es muy injusto y la Federación no quiere tocarlo. En cambio, un histórico como el Espanyol tiene muy pocos puntos en Primera y aún puede salvarse.

- ¿No se le ponen los dientes largos con el 'boom' del fútbol femenino en la máxima categoría?

-Sí. A veces me pregunto por qué no daríamos el paso dos años antes porque el Oviedo no estaba. Estoy seguro de que el Dépor, con las condiciones que pone, sería un equipo relevante en Primera.

- ¿Van a seguir en Arteixo?

-Sí, esa es la idea. Además, el Concello está encantado con la acogida y la repercusión. Está claro que fuimos para allí de rebote, pero estamos encantados, somos unos privilegiados. Un campo de hierba natural para nosotros, no íbamos a tener las mismas condiciones en A Coruña. En ningún partido bajamos de 300 espectadores y con el Oviedo hubo 800. En los derbis con el Victoria hubo mejor entrada en Arteixo que en A Grela.

- Antes hablaba de los gestos, se han sentido las jugadoras muy arropadas, ¿no?

-Sí, las niñas están flipadas. Al campo el primer día vino ya una persona con la camiseta de Estefi. Ella que lleva muchos años en esto y que tuvo una lesión grave de rodilla.... Y el día de Oviedo la Federación de Peñas movilizó a mucha gente hasta allí. Para mí ese partido fue uno de los momentos más especiales de la temporada.

- Una ronda de nombres propios. El primero Nuria.

-Es una de las grandes beneficiadas de las condiciones que ofrece el Dépor. Es diez veces mejor jugadora que cuando llegó. Ha cambiado táctica, física y futbolísticamente.

- Estefi.

-Lleva años en este mundo y lucha por ser alguien importante. Mete la cabeza donde otras no se atreven a meter el pie. Marcó 30 goles, la máxima goleadora gallega.

- Raquel.

-La sigo desde los 13 años en As Pontes, la pude llevar al Orzán y ahora al Dépor. Es fuerte, potente y atlética. Este año dio el salto.

- Kika.

-Tiene una calidad especial. Ya en su debut, en 20 minutos, llamó la atención, hace cosas diferentes.

- Gaby.

-Tiene que tener más confianza en sí misma. Fue bota de oro en un mundial en categorías inferiores y eso no es fácil. Solo vimos el 50 por ciento de su potencial, el año que viene seguro que llegará a su máximo. Tanto a ella como a Kika las queríamos incorporar este verano, pero surgió antes la oportunidad. Tienen 19 años y les ha cambiado la vida. Poco a poco se van haciendo al grupo, no fue fácil.

- Tere.

-Explotó y tiene la cabeza muy bien amueblada. Su proyección es enorme. Queremos construir el proyecto en torno a ella. Es de largo de las mejores gallegas, al nivel de Vero Boquete o Mari Paz.

- Si sube, ¿debe aspirar el Dépor a repatriarlas?

-Claro que sí. Sería un orgullo contar con ellas. El Dépor debe ser el equipo punta de lanza del fútbol femenino gallego.