Fernando Navarro fue el único jugador del Deportivo que ayer realizó trabajo táctico sobre el césped de Abegondo. La sesión programada fue de recuperación, como suele ser habitual dos días antes de competir, y muchos integrantes de la plantilla ni siquiera salieron al terreno de juego. Otros optaron por retarse en sucesivos partidillos de fútbol tenis, mientras en el campo 3 Navarro aprovechó el tiempo para mecanizar los movimientos que tendrá que hacer mañana ante el Espanyol con el objetivo de cumplir con éxito como improvisado central. No es un puesto nuevo para él porque puntualmente ya desempeñó ese rol en varias etapas anteriores pero el entrenamiento de ayer le sirvió para refrescar conceptos y automatismos. Por ejemplo, cómo orientar la marca desde esa posición más centrada, en qué direcciones desplazarse y cómo despejar con eficacia. No fue Pepe Mel el encargado de instruirlo -el entrenador no salió ayer al césped- sino un binomio formado por su segundo, Roberto Ríos, y el preparador físico Julio Hernando. Fueron ejercicios sencillos, sin oposición, con la única referencia de unos muñecos estáticos simulando los delanteros rivales.

Ríos brilló como centrocampista durante su larga carrera en el Betis, para luego retrasar su posición natural y pasar a jugar de central en el Athletic. Conoce bien las peculiaridades de esa demarcación defensiva tan específica, debilitada actualmente en el Deportivo a consecuencia de las bajas del lesionado Sidnei Rechel y del sancionado Raúl Albentosa, quien vio el pasado fin de semana en Pamplona la décima tarjeta amarilla en su cuenta particular. Mel solo tiene en la primera plantilla a un central específico disponible: Alejandro Arribas. Para completar la zaga cuenta con tres posibles soluciones: echar mano del fabrilista Nacho Monsalve, o bien reubicar a un centrocampista como Álex Bergantiños o a un lateral izquierdo como Fernando Navarro. Esta última opción será finalmente la elegida por el entrenador, quien el jueves ensayó a puerta cerrada en Riazor un once titular con el catalán como pareja de Arribas en el eje de la zaga.

El lateral zurdo centrará su posición natural mañana, como anteriormente lo hizo de forma puntual en su etapa en el Barcelona, luego a las órdenes de Gregorio Manzano en el Mallorca, y también a las de Unai Emery en el Sevilla. Ambos recurrieron a él ante situaciones de urgencia, y el internacional dio la talla con creces. Los técnicos del Dépor valoran su buena predisposición para rendir donde sea, su disciplina táctica, su facilidad para situarse correctamente, su intensidad defensiva y su alto nivel competitivo. Con Emery jugó varios partidos en el eje de la zaga a raíz de la lesión de Pareja, formando dúo con Carriço o Kolodzciejczak, y en ocasiones incluso completando una defensa de tres centrales para dar plena libertad a Alberto Moreno por el carril zurdo cubriéndole las espaldas.

También con Víctor Sánchez del Amo jugó puntualmente de central en su primera temporada en el Deportivo, la pasada, igual que en el presente curso con Gaizka Garitano. El técnico vasco optó por línea de cinco atrás en la ida de la eliminatoria de la Copa del Rey frente al Betis. En aquella ocasión, en el Benito Villamarín formaron trío en el eje de la zaga Albentosa, Sidnei y Navarro, con Juanfran y Luisinho en los laterales. Un ejemplo reciente de la versatilidad del veterano jugador catalán, que seguirá una temporada más en el Dépor al garantizarse su renovación automática tras alcanzar los 20 partidos disputados entre Liga y Copa.