Muchos deportivistas llevan semanas haciendo cuentas para intentar librarse de la angustia, pero a más de uno le explotaba la cabeza y le sorprendió el hecho de que el Dépor dependiese de resultados en tres campos para lograr el objetivo. El triunfo del Sporting colocaba en el desfiladero al Leganés y al equipo coruñés. La derrota pepinera con el gol de Aduriz en el nuevo San Mamés habilitaba la posibilidad de que se produjese un triple empate a 33 en la última jornada en el cual los blanquiazules salían perjudicados. El tanto de Szymanowski y posterior igualada en el País Vasco libraba a los herculinos, pero dependían de conservar su resultado y de que no se moviese nada más en Bilbao con el conocido historial de goles en los últimos minutos del Athletic esta temporada. Los madrileños resistieron y el Dépor manda a Segunda a los gijoneses porque se impuso en los dos enfrentamientos directos (2-1 y 0-1). Una tarde de nervios y transistores con final feliz.