Villarreal y Deportivo de la Coruña juegan, en el estadio de La Cerámica, un partido clave para certificar sus objetivos de la temporada, que pasan por Europa para los locales y por la salvación para los coruñeses.

El Villarreal necesita ganar y que alguno de sus rivales -Athletic y Real Sociedad- no lo haga, para certificar como mínimo la sexta plaza de la tabla que otorga un puesto europeo. Además de ganar, permitiría aspirar a la quinta plaza en la última jornada y dependiendo de sí mismo.

El Deportivo acude con la idea de certificar su permanencia porque, además, se da la circunstancia de que los blanquiazules aseguraron la salvación la temporada pasada en Vila-Real, al ganar en la misma jornada que la actual, por 0-2.

El entrenador del Villarreal, Fran Escribá, ha podido recuperar al defensa Víctor Ruiz, que tras cuatro semanas fuera del equipo ya está en condiciones de poder jugar. Por contra, el capitán Bruno Soriano es duda hasta última hora, a la espera de la evolución en los problemas de su rodilla. Los que siguen fuera del equipo son los lesionados de larga duración Sergio Asenjo y Denis Cheryshev, que ya no jugarán en lo que resta de temporada.

El entrenador amarillo inisistió el pasado viernes en que el deportivo "es un rival que no está salvado" por lo que "llegará con la necesidad de sumar los puntos", una situación que les complicará el encuentro en el que buscan cerrar su participación en la próxima Liga Europa.

Además, es en casa, en el estadio de La Cerámica, donde el cuadro local tiene más problemas esta temporada. "Equipos como el Deportivo nos han complicado la vida en casa y, además, ellos han sido capaces de complicar partidos ante equipos bien clasificados", apuntó.

"Es un partido muy complicado, el Deportivo ha competido bien con equipos de arriba y tienen buena plantilla", insistió Escribá, quien recordó que la campaña pasada el conjunto coruñés ya consiguió la salvación en Vila-Real y que este año podrían "lograrlo otra vez" en el caso de puntuar.