El Deportivo cierra esta tarde la temporada ante Las Palmas en un partido que puede parecer un trámite, porque ninguno se juega nada, pero que en realidad no lo es. Interesa, y mucho, lo que suceda hoy en Riazor. No sobre el césped, pese a las novedades en el once de Roef o Laure, sino en la grada. Ahí es donde estará el principal foco de atención. Una vez garantizado el objetivo de la salvación, el equipo coruñés se expone al juicio de su afición, molesta por otra campaña, la tercera consecutiva, en la que el Dépor ha caminado peligrosamente sobre el alambre. Un riesgo extremo que no acabó en tragedia gracias al empeño de Osasuna, Granada y Sporting por irse a Segunda. Fueron las miserias ajenas, y no los méritos propios, las que salvaron al Dépor, diga lo que diga Pepe Mel.

Para el cierre liguero el entrenador madrileño volverá a hacer cambios en la alineación, algunos obligados. Las lesiones de Luisinho y Joselu, y las sanciones de Lux y Borges, le llevan a echar mano de algunos secundarios. Por ejemplo, el meta Davy Roef, quien tendrá la oportunidad de estrenarse con la camiseta del Deportivo antes de regresar a Bélgica. O el capitán Laure, que formará de inicio en la despedida de una campaña en la que apenas ha tenido minutos. Juanfran, muy justo físicamente después de una Liga cargada de partidos, empezará en el banquillo.

Al margen de quiénes sean los protagonistas, el Dépor tratará de despedirse de su afición con una victoria que, por lo menos, sirva para dejar un buen sabor de boca antes de las vacaciones. Ese es el objetivo, aunque nada de lo que haga el equipo esta tarde borrará una temporada tan mala. Ni siquiera la maquillará. Llega un momento en el que la paciencia se agota, incluso la de una afición tan entregada y generosa como la blanquiazul. Hoy los seguidores se expresarán libremente. Cada uno, como quiera. De momento, los Riazor Blues han anunciado que abandonarán el estadio en el minuto 30 en señal de protesta. Enfrente, la Unión Deportiva Las Palmas, que hizo sus deberes mucho antes que el Dépor y luego se dejó ir. También llega con bajas importantes -Míchel Macedo, Dani Castellano, Vicente Gómez, Tana y Livaja- y también pide a gritos que la temporada se acabe de una vez. El primero, Quique Setién. Su futuro no está en Las Palmas. El de Mel, en cambio, sí está en A Coruña. Antes de pensar en un mañana sin tanto sufrimiento, quiere cerrar bien esta Liga. Despedida y plebiscito. Todo a la vez.