El Dépor y el deportivismo se dieron un respiro. Y no era fácil. Los nervios estaban a flor de piel. Todo parecía mal, había razones para protestar. Pronto los goles empezaron a hacer su terapia de choque, aunque no sean el remedio a todos los males. Por sus gestos, por sus goles. Florin Andone fue, sin duda, el centro de atención en la bajada del telón de una temporada para olvidar y con un poco de autodestrucción en el club coruñés. El inocuo Las Palmas, como era de esperar, fue poco rival. Si hay un simulacro posible de reconciliación empieza con el guión de un partido como este. El duelo amaneció con pitos y acabó con algunos aficionados haciendo la ola. No es un mal síntoma. Eso sí, las heridas no cicatrizan con tanta facilidad.

Una tarde de sentimientos, se notó desde el pitido inicial. Los que lícitamente estaban hartos y querían hacerse oir, los que consideraban que las críticas disparaban a todo lo que se movía y los jugadores que se creían injustamente tratados. Un partido en el césped y otro en la grada. Ante ese panorama, Las Palmas puso la alfombra roja para que todo aflorase al momento. Andone, uno de los señalados y quizás el que menos lo merecía, cruzó a la perfección un pase de Guilherme. Minuto cuatro, 1-0. Todo el acierto que tuvo en la definición le faltó en la celebración. Estaba enfadado, es muy probable que tuviese razón. Nunca debió interpelar a la afición con su gesto. Laure hizo de capitán e intentó impedírselo, ya era tarde.

La rabia del rumano hizo que se emplease aún con más vehemencia, intención y coraje sobre el césped durante el duelo. El plan del Dépor era sencillo. Más repliegue que presión arriba, le sobraba la pelota. Las Palmas tocaba, rozaba el 80 por ciento de la posesión. No le valía para nada. Dos destellos blanquiazules y el ínfimo nivel canario sin balón acabaron decantando un duelo sin nada juego, destensado, a medio gas. Otra jugada de raza, potencia y definición de Andone desde el centro del campo sirvió a la media hora para finiquitar el encuentro, justo unos segundos antes de que se marchasen los Riazor Blues mostrando su malestar con los jugadores y la directiva y entre la reprobación del resto de gradas. La celebración del rumano en ese segundo tanto ya fue mucho más normal. Abrió los brazos y se fundió con los niños de uno de los fondos. Los tantos, el olor del triunfo, empezaban a encauzar la situación.

El gol de Carles Gil, el tercero tras una jugada meritoria de Ola John, y una escaramuza de Mateo García redondearon la primera parte en la que el Dépor quiso empezar a hacer méritos, aunque de manera tímida, para el siguiente ejercicio.

Tras el alivio de un descanso con una ventaja cómoda, el terreno parecía abonado para seguir paso a paso el camino de la goleada. Quique Setién, viendo que el duelo estaba perdido y la remontada era imposible, apostó por reequilibrar el equipo y evitar la sangría. Jesé, con molestias, era uno de los sacrificados y seguía en la caída libre que ha emprendido esta temporada.

El guión no varió en exceso, aunque es cierto que al Dépor le costaba algo más. La pelota seguía siendo de Las Palmas, las grandes ocasiones, coruñesas en cabalgadas tras recuperación. Andone era de nuevo el protagonista: dos mano a mano ante Lizoain y en uno cruzó en exceso y en el otro disparó a las manos del meta. Rozaba el hat-trick, se lo merecía; no pudo ser.

La última media hora sirvió para que el Dépor se hiciese fuerte y cómodo en su área, en la escena. Al rumano ya no le sobraban las fuerzas y, mientras el equipo canario lo intentaba y lo intentaba, empezaban a llegar los cambios y Riazor mandaba sus mensajes. Ovaciones cerradas para Ola John y Guilherme, dos futbolistas con el futuro en el aire que la grada espera ver de nuevo en unos meses. El brasileño, hecho. Hasta hubo momentos en los que se pudo ver la ola, casi más por las ganas de darse una alegría que por el hecho de que ya esté todo olvidado. Cuando realmente se vino abajo el estadio fue con la sustitución de Andone. Principio y fin del duelo. Una grada que sabe reconocer su trabajo y a la que incluso no le importa perdonar. ¿Será el inicio de un nuevo camino?

FICHA TÉCNICA (DÉPOR-LAS PALMAS, 3-0)

Deportivo: Davy Roef; Laure, Albentosa, Arribas, Navarro; Guilherme (Álex Bergantiños, min.71), Mosquera; Carles Gil, Çolak, Ola John (Marlos Moreno, min.57); y Florin Andone (Fayçal Fajr, min.86).

UD Las Palmas: Raúl Lizoain; David Simón, Aythami, Bigas (David García, min.46), Hélder Lopes; Hernán, Roque Mesa, Jonathan Viera; Momo (Halilovic, min.77), Jesé (Javi Castellano, min.46)y Mateo García.

Goles: 1-0, min.4: Andone. 2-0, min.28: Andone. 3-0, min.39: Carles Gil.

Árbitro: Melero López, del colegio andaluz. Expulsó a Hernán (min.79), por doble amarilla. También amonestó a Navarro (min.25), Carles Gil (min.44), Mosquera (min.48) y Çolak (min.53), del Deportivo; y a Roque Mesa (min.38), Momo (min.53) y al técnico Quique Setién (min.66), de la UD Las Palmas.

Incidencias: Partido de la trigésimo octava jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio de Riazor ante 21.764 espectadores según el Deportivo.