Un partido nunca puede maquillar toda una temporada, pero el de ayer por lo menos sirve para despedir la Liga con algo de alegría. Solo un poco, porque la campaña es mala y así será recordada pese a haber alcanzado el objetivo de la permanencia. Sobre el terreno de juego al Deportivo le salió todo redondo. Despachó a Las Palmas con tres tantos en la primera parte, una goleada que incluso pudo haber sido todavía más rotunda. Los isleños, frágiles en las dos áreas, ofrecieron poca resistencia ante un Dépor que salió decidido a endulzar el adiós con una victoria convincente.

Partido extraño de principio a fin por todos los condicionantes que lo envolvieron, internos y externos. Sobre el césped ninguno de los dos equipos se jugaban nada y se notó, aunque el que salió desconectado fue el visitante. Más allá de los tres goles coruñeses en la primera mitad, al encuentro le faltó intensidad y ritmo pese a pelea de futbolistas especialmente motivados como Andone o Laure. El capitán era una de las principales novedades en un once condicionado por las bajas de Luisinho, Joselu, Borges y Lux. Por el portero argentino entró en la alineación Davy Roef. El belga se lució con varias paradas de mérito, sobre todo en la segunda parte.

Las Palmas tuvo mucho el balón. Lo amasó a lo ancho, sin apenas profundidad. Menos posesión necesitó el equipo coruñés para generar peligro. Encontró los goles a base de arreones, beneficiándose de los desajustes de una defensa grancanaria muy permisiva.

El Dépor empezó el partido presionando muy arriba. Pepe Mel quería una despedida buena para una temporada mala. Y no especuló el equipo coruñés. Salió valiente, tratando de asfixiar a Las Palmas desde su propia área. Cuatro minutos tardó en llegar el primer gol. Buen pase en profundidad de Guilherme y mejor definición de Andone, más certero que nunca sin la presión de jugarse la vida en cada acción. Tanto él como los demás blanquiazules jugaron liberados con la salvación ya en el banquillo. Estuvieron menos imprecisos y más eficaces que otras veces. Tuvieron el partido perfectamente controlado, por mucho que Las Palmas manejara durante más tiempo el balón. Los grancanarios empezaron hace tiempo las vacaciones y ayer no fue una excepción. No les salió prácticamente nada, ni siquiera a Jesé, flamante fichaje invernal que no subió el nivel desde enero. Al contrario. Esta Unión Deportiva está muy lejos de aquel equipo fresco, atrevido y eficaz que maravilló en la primera vuelta. También tiene sus problemas y ayer se notó en Riazor.

Triste despedida de los insulares, caricaturizados de nuevo en la acción del 2-0 (m.28). Nadie fue capaz de frenar el carrerón de Andone desde su propio campo. Pletórico en potencia, el rumano condujo veloz directo hacia la portería y batió a Raúl Lizoain para anotar el segundo en su cuenta y ampliar la ventaja. El Dépor tenía la oportunidad de darse un festín para culminar con una pequeña alegría una temporada amarga, cargada de decepciones. Si podía hacer más goles, no le iba a importar agravar la hemorragia de los grancanarios. Sin embargo, el equipo coruñés optó por el camino del orden y de las líneas juntas para seguir haciendo daño. No se impacientó a la hora de atacar. Espero bien posicionado para salir a la contra con una velocidad inusual en el Dépor.

Las Palmas dio facilidades, pero los de Mel tuvieron las ideas más claras que nunca. Les ayudó la cómoda ventaja en el marcador, que pudo recortar Aythami Artiles a la salida de un córner. El exdeportivista perdonó el 2-1 y dos minutos después, en el 39, llegó el tercero. Centro de Ola John al segundo palo y remate a placer de Carles Gil en otra desconexión tanto del portero como de la zaga visitante. Mateo García, justo antes del descanso, pudo meter a Las Palmas de nuevo en el partido pero se encontró con Roef, muy concentrado.

El guardameta belga volvió a aparecer al inicio del segundo acto para responder con una buena estirada a un gran lanzamiento de falta de Jonathan Viera, el que más lo intentó de los visitantes. El Dépor volvió a la carga con dos cabalgadas seguidas de Andone. En la primera, fue demasiado egoísta al intentar el disparo cuando la mejor opción era conectar con Ola. Su lanzamiento, duro y abajo, se encontró con el cuerpo de Raúl Lizoain. Poco después el rumano volvió a ganar la espalda de la defensa para acabar la acción con un chut lejano demasiado cruzado. La UD Las Palmas era una verbena atrás.

Olía más al 4-0 que al 3-1 pese a los intentos visitantes por maquillar el marcador, sobre todo con faltas directas. Viera se volvió a encontrar con Roef antes de que Momo chutara a la barrera. Más mérito tuvo el meta belga al desviar un lanzamiento lejano de Roque Mesa. Todo le salía de cara a este Dépor, lanzado a por el cuarto tras la expulsión de Hernán. Incluso Marlos Moreno quiso sumarse a la fiesta con mucho protagonismo en la recta final, pero no hubo más goles.