Fue la última gran explosión de alegría deportivista, con permiso del ascenso de 2014 y de la salvación en el Camp Nou. El Dépor llevaba meses remando y puntuando por encima de sus posibilidades debido a la exigencia extrema a la que le estaban sometiendo el Celta y el Valladolid . Finalmente el equipo dirigido por José Luis Oltra ascendió a Primera un 27 de mayo de 2012, hace hoy cinco años, en un duelo ante el Huesca (2-1). Hubo fiesta en el césped, en Cuatro Caminos y por toda la ciudad. Cuatro CaminosHasta el Liceo ganó ese día también la Copa de Europa, todo salía redondo.

No sin sufrimiento. Fue el sino de aquella Liga en una escuadra blanquiazul impensable para la categoría con activos como Colotto, Guardado, Aranzubía o Riki. El equipo aragonés se adelantó en el marcador gracias a un tanto del que luego sería deportivista Antonio Núñez e incluso tuvo la oportunidad de hacer el 0-2, pero Riki logró el empate antes del descanso y Xisco, siempre Xisco, se convirtió en el héroe del ascenso al lograr el 2-1 definitivo en el minuto 70 (solo llevaba tres en el campo). El balear seguía fiel a su cita. Unos días antes también había salido desde el banquillo para lograr el 1-2 en Tarragona en el descuento en un partido que el Dépor también tuvo que remontar. No fue la única alegría fuera de hora porque el tanto de Borja Fernández en el descuento en Balaídos (2-3) forma parte también del imaginario deportivista de los últimos tiempos. Fue una temporada récord de alegrías y puntos. 91, nadie ha superado esa cifra a día de hoy.

Fue el triunfo de gente de la casa como Álex o Juan Domínguez y de la regeneración. El Dépor había bajado un año antes en un duelo nefasto frente al Valencia (0-2) después de dos décadas en la élite y la afición se quedó para ovacionar a los jugadores. Ese día el Dépor empezó a ascender, fue llevado en volandas de nuevo a la élite. Pocas veces en los últimos tiempos hubo tal simbiosis entre el césped y la grada con Juan Carlos Valerón como líder y guía espiritual. Al día siguiente de la gesta se llenó María Pita, hacía doce años que no se veía la plaza teñida de blanquiazul, la última vez había sido para celebrar un título de Liga, el del año 2000.

La pena para el deportivismo es que lo que se suponía como un resbalón se acabó convirtiendo en una época de altos y bajos. El equipo, aún con Lendoiro como presidente y más acuciado que nunca por las deudas, no pudo retener a sus mejores activos y unos meses más tarde entraba en Concurso. La plantilla no cobraba y Oltra fue despedido en Navidad. Fernando Vázquez casi consigue el milagro de salvarlo. No pudo ser. Al menos, a la afición le queda el recuerdo de una Liga loca, de una exigencia extrema y en la que el deportivismo terminó de recobrar el gusto por desplazarse con su equipo. Históricos fueron los desplazamientos a localidades como Soria o Guadalajara.

EQUIPO TIPO (4-2-3-1)

Aranzubía; Laure, Colotto, Zé Castro, Morel; Álex, Juan Domínguez; Bruno Gama, Valerón, Guardado; y Riki.

Lassad, Xisco, Borja o Salomão fueron también futbolistas muy importantes en este proyecto.