Oriol Riera sabe que afronta un verano en el que tendrá que tomar decisiones sobre su futuro. Tiene un año más de contrato con el Dépor, pero muchos escenarios están abiertos y no cierra la puerta a ninguno. Ni a irse ni a quedarse ni a desvincularse. El catalán, tras un año duro por el descenso y esperanzador porque volvió a reencontrarse con su fútbol, aporta algunas claves sobre sus próximos pasos.

- Dejando a un lado el palo por haber bajado, ¿obtuvo lo que buscaba a nivel individual en su estancia en Pamplona?

-Dentro de la parte negativa, durante la primera vuelta, antes de las lesiones que tuve, volví a encontrarme, volví a ser yo mismo, el jugador de hace dos años, que era superior en diferentes facetas del juego. A partir de ahí sí que es cierto que en esa parte estoy contento. También es verdad que en el momento en el que mejor estaban llegaron las lesiones del tobillo, de la rodilla y luego la rotura fibrilar, y condicionan mucho. Hubo momentos de la temporada donde volví a encontrar sensaciones.

- ¿Le ha comunicado el Dépor si cuenta con usted o debe buscarse de nuevo una salida?

-No, estamos de vacaciones y tendremos todo junio para pensar y reunirnos. Todos tenemos que pensar cuál es el camino de cada uno, yo en lo personal y el club en el suyo y ver cuál es la mejor situación: seguir en el Dépor y luchar por un puesto de titular o buscar mi propio camino. Si es esto último, ya pensar en qué es lo que busco. Tenemos tiempo para meditarlo y para hacerlo con tranquilidad

- No querrá vivir otra temporada de ostracismo como la última que pasó en A Coruña, ¿no?

-Todo es cuestión de muchos factores y uno de ellos es que el entrenador que haya crea en mi juego, más allá de que sea titular o no. Tener confianza y situaciones en las que demostrar que puedes solucionar partidos. Pero no es lo único. Hay otros factores a tener en cuenta y valorar.

- Le queda un año de contrato con el Dépor. ¿Se plantea el escenario de una rescisión?

-Forma parte de algunos de los factores a los que antes aludía. El mercado es el que es y la mejor opción ahora mismo es quedarse en el Dépor, pero tenemos todo junio para valorar y para ver cuál es mi camino. Todo depende de muchas cosas, tanto en el aspecto deportivo como en el contractual, como en las posibilidades que aparezcan.

- Seis clubes de Segunda y cuatro extranjeros se han interesado por usted. ¿Esos movimientos le dejan más tranquilo?

-No los conozco. Estoy de vacaciones y con mi agente tengo una manera de proceder en la que no me informa hasta que es algo serio.

- ¿Ha sido el Dépor y su experiencia en Riazor lo que usted imaginaba cuando llegó a A Coruña a principios de 2015?

-Claro que sí. Para el Dépor solo tengo palabras de agradecimiento. Estar en un club como este, con la historia que tiene, ha sido fundamental en mi carrera. El primer medio año que estuve fue muy bueno, jugando mucho y logrando la salvación en el Camp Nou. Para mí fue importante. Es cierto que la temporada pasada lo pasé mal yo, lo pasó mal la plantilla y el club por todas las situaciones que se generaron y porque no se acababa de encontrar esa tecla para estar un poquito más arriba y no sufrir tanto. Estoy en un club que es magnífico. Yo siempre digo que es la entidad más organizada en la que he estado y en la que mejor contacto hay entre el club y la plantilla.

- ¿Cree que el estilo del Dépor de los últimos años dificulta la labor de futbolistas del estilo de usted o de Joselu?

-Más que el Dépor, los técnicos que hay y el estilo de jugadores que se fichan, pero sí que es cierto que en esta etapa se ha apostado por otro tipo de fútbol y a jugadores como a mí o como a Joselu se nos hace más difícil. Pero, bueno, hay más situaciones de juego en las que puedes aportar mucho y tanto él como yo lo hicimos en los últimos años. Sí que es cierto que no es el idóneo, aunque depende de cada entrenador. Igual el próximo año cambia, no tiene que ser una cuestión de club.

- ¿Ya ha asumido el descenso con Osasuna?

-No fue fácil. Cuando subió, se pensaba que iba ser algo más fácil y no hubo unas bases fuertes. Tuvimos dificultades desde el principio y con tres entrenadores que buscaban cosas diferentes. Al final los problemas a nivel deportivo y extradeportivo hacen que sea una temporada dura.

- Una vez desahuciado, Osasuna empezó a ganar partidos de manera regular. ¿Tenía más fútbol dentro del que mostró?

-Cuando estás abajo, jugar un partido es superdificultoso a nivel mental y es algo que condiciona el físico y el juego. Se ve en todos los equipos que están luchando por la permanencia, también le pasó al Dépor, y nosotros no fuimos diferentes. No estuvimos todos al nivel óptimo, pero dimos la cara, a pesar de no conseguir los resultados.