Mejoró el Dépor su imagen con respecto a los dos anteriores amistosos contra Oporto y Oviedo. Venía de completar dos encuentros discretos, bastante flojos, y ayer subió el nivel frente a un rival inferior que se encerró atrás antes y después de quedarse con un hombre menos. Un test positivo para el equipo coruñés por varios motivos, uno de ellos especialmente ilusionante: la aportación de los refuerzos. Para el estreno en Riazor Pepe Mel eligió una alineación con tres caras nuevas con respecto a la plantilla de la pasada temporada: Fabian Schär, Fede Cartabia y Zakaria Bakkali. De lo mejor del Dépor los tres, participando mucho en la creación no solo los dos hombres de banda sino también el central. Nuevos destellos que, desde la prudencia y teniendo en cuenta lo mucho que queda por mejorar, iluminan Riazor con motivos para la esperanza.

El internacional suizo, muy solvente atrás, recurrió varias veces a su gran golpeo en largo para superar líneas y conectar con sus compañeros. No fueron balonazos sin más sino envíos precisos, todos con mucha intención. Esa virtud de Schär, dotado técnicamente y con valentía incluso para atreverse a probar suerte en el disparo, aumenta el abanico de recursos del Deportivo para armar los ataques.

El equipo coruñés tuvo mucho más el balón que el West Bromwich Albion, ultradefensivo todo el tiempo, no solo después de la expulsión de Livermore. Como norma general, el Dépor trató de salir siempre con el balón jugado desde atrás. Guilherme fue quien lanzó casi todas las transiciones ofensivas, una función que también supo hacer Pedro Mosquera. Emre Çolak tuvo mucha libertad para aparecer desde diferentes posiciones, al igual que Bakkali y Cartabia, dos de los nuevos que también dejaron destellos de su calidad, sobre todo el primero. Entre ellos conectaron por primera vez en el minuto 5, con una asistencia del belga que finalizó el argentino con un disparo fuera. Bakkali derrochó movilidad, velocidad y cambios de ritmo para generar problemas a la ordenada defensa inglesa.

El lateral Gerard Valentín, otro de los refuerzos que han llegado este verano, fue el único jugador de campo convocado que no tuvo minutos. Sí participó Fede Valverde, el prometedor centrocampista uruguayo que venía de hacer varios buenos partidos en pretemporada. Entró a falta de poco más de media hora para el final, tiempo suficiente para demostrar su criterio con el balón y su facilidad para incorporarse a la zona de remate.