El Deportivo se marchó del Ciutat de Valencia con muy malas sensaciones tras completar un partido gris en el que no hizo nada para sumar y casi se acabó llevando los tres puntos pese a la clara superioridad del Levante. El empate final, junto a la brillante actuación del portero Rubén Martínez, fue lo único rescatable para el equipo coruñés, que tras las dos primeras semanas de competición todavía no tiene claro a qué juega. Surgen las primeras dudas justo antes del primer parón por los partidos de las selecciones nacionales. Por lo menos, el Dépor inauguró su casillero de puntuación antes de ese paréntesis liguero. Está un punto más cerca del objetivo pero, de momento, no tiene un estilo reconocible, como si no estuviese en competición sino todavía armándose en pretemporada.

A merced del rival de principio a fin. El Levante llevó la iniciativa de principio a fin ante un Deportivo incapaz de cuestionarle la posesión al conjunto granota. Solo su falta de puntería y las buenas intervenciones de Rubén privaron a los locales de una victoria segura. El Dépor dejó jugar demasiado y el Levante lo aprovechó para generar peligro de todas las maneras posibles. Los de Juan Ramón López Muñiz remataron 24 veces, aunque solo cinco entre los tres palos.

Defensa muy hundida. El equipo coruñés no supo cómo sacudirse ese claro domino del rival y, tras encontrarse con un gol a favor a las primeras de cambio, se echó atrás de manera descarada, con la zaga muy atrás y todos los futbolistas defendiendo por detrás del balón. Tras la expulsión de Morales el Dépor cometió el error de seguir posicionado muy atrás, sin apretar arriba para obligar al Levante a tener que jugar a la desesperada con balonazos en largo.

Incapaz de enlazar tres pases. Cada vez que el Dépor robó la pelota tuvo muchos problemas para armar fútbol en campo contrario. Apenas le duró la pelota. La perdió muy rápido pese a que Pepe Mel apostó de inicio por futbolistas con especial facilidad para asociarse, como Emre Çolak, la única novedad con respecto al once que debutó en Liga contra el Madrid. El turco apenas participó. Entró muy poco en juego, al igual que Bakkali y Cartabia. Los dos mediocentros, Guilherme y Mosquera, tampoco se sintieron cómodos. Nadie fue capaz de dar un paso al frente para conseguir que el equipo tuviera algo más de posesión. Al final, solo un 42%, pese a jugar el último cuarto de hora con un hombre más.

Pelotazos por sistema. La falta de ideas del Deportivo en ataque hizo que los balonazos en largo ya no fueran solo un recurso puntual, sino un argumento recurrente. Fabian Schär, el defensa más dotado para mandar la pelota en largo, fue el que más veces intentó conectar de esa manera con sus compañeros. Andone corrió y peleó todos los balones, aunque los zagueros granotas tuvieron todas las de ganar en ese tipo de acciones. El Dépor renunció por completo al juego combinativo y lo acabó pagando.

Rubén, sostén del equipo. El portero de Coristanco venía de cometer una pifia en la jornada inaugural, la que dio lugar al primer gol del Madrid, pero en el Ciutat de Valencia salvó al Deportivo de una derrota segura con varias intervenciones de mucho mérito. Morales y Jason fueron los primeros en probar la agilidad de Rubén, que respondió con dos manos providenciales a sendos lanzamientos de los atacantes granotas. Nada pudo hacer para evitar el golazo de Bardhi, de falta directa. En la segunda parte el guardameta gallego siguió siendo decisivo. Lo paró todo, salvo el penalti transformado por Ivi.

Primer error arbitral en contra. La pasada temporada el Deportivo tuvo mala suerte con los árbitros. Con sus errores involuntarios le quitaron más de lo que le dieron al equipo coruñés. Esta campaña empezó de manera similar. El Levante no mereció perder, ni siquiera empatar. Hizo todo para obtener la victoria, y lo más justo hubiese sido que sumara los tres puntos, pero al final arañó uno gracias a un error del jovencísimo Alberola Rojas. No existió penalti de Juanfran sobre Ivi, pero de nada sirvieron las protestas de los jugadores blanquiazules, que no pudieron conservar su ventaja pese a jugar el último cuarto de hora con un futbolista más tras la expulsión de Morales.