La plantilla del Deportivo cambió ayer la rutina diaria que suele tener como escenario Abegondo con una sesión de relax en la Casa del Agua. Divididos por grupos, los futbolistas realizaron tareas en el gimnasio y disfrutaron de los beneficios de las aguas termales en el spa de la instalación antes de someterse a los cuidados de los fisioterapeutas del club. Una sesión de baño y masaje diferente a dos días de retomar la competición en el estadio de Riazor frente a la Real Sociedad, el primer rival tras el parón liguero del pasado fin de semana motivado por los partidos de las selecciones nacionales.

El guardameta Rubén Martínez, que se recupera de su lesión en el pulgar derecho, participó junto a sus compañeros en la atípica sesión. El uruguayo Fede Valverde y el costarricense Celso Borges, los últimos internacionales en ponerse a las órdenes de Pepe Mel, se reincorporaron ayer al trabajo. Solo faltó Carles Gil, que el lunes pasará por el quirófano para solucionar sus problemas de pubis. Los preparadores físicos del primer equipo, David Gómez y Julio Hernando, y el readaptador, Fran Molano, fueron los encargados de dirigir las diferentes tareas en el gimnasio.

Lucas y Mosquera, con los niños

Los coruñeses Pedro Mosquera y Lucas Pérez aprovecharon la jornada en la Casa del Agua para visitar a los niños participantes en una de las actividades infantiles organizadas por Termaria. Les saludaron, se fotografiaron con ellos, les firmaron autógrafos e incluso se brindaron para contestar sus preguntas, aunque los chavales se quedaron tan sorprendidos con la presencia de los futbolistas que no fueron capaces de formularles ninguna. Fue un episodio simpático dentro del paréntesis que el Dépor hizo ayer en sus rutinas habituales.