Una vez que el Deportivo ha cerrado la plantilla y ante la realidad de hacer solo un punto de nueve y tener nueve goles en contra, ha llegado la hora de acertar con la aplicación del sistema idóneo para las características de los jugadores y afrontar la temporada sin sobresaltos para finalizarla dignamente. Van ya tres partidos de Liga.

Personalmente me inclino por un 5-3-2 fácilmente convertible en un 3-5-2, aprovechando las características de los defensas laterales (los clásicos carrileros) de que dispone el equipo. Elegiría este sistema porque, entre otras ventajas, proporciona amplitud en ataque y en defensa, las bandas quedan más reforzadas (ese ha sido el gran problema últimamente) y al disponer de dos puntas se pueden crear más ocasiones de gol en balones centrados desde las bandas. Para determinados encuentros, utilizaría la variante del 4-1-4-1 con Andone fijo arriba como referencia y Lucas con total libertad de movimientos. Por las características de estos dos jugadores los contraataques también pueden ser una baza importante. Eso sí, espero que sus egos no choquen por bien del equipo. Son dos sistemas que hacen al equipo más compacto y equilibrado con más capacidad para hacer gol y evitar que te los haga el contrario.

Después hay que acertar con la convocatoria y utilizar el banquillo para realizar los cambios adecuados en el momento oportuno.

De lo visto hasta ahora, del partido frente al Madrid destacaría que las ocasiones más claras del partido las tuvo el Deportivo. Del encuentro contra el Levante lo único positivo fue el punto conseguido, porque la imagen dada fue patética, entre otras cosas, porque Guilherme y Mosquera no pueden jugar juntos, porque se cometieron los mismos errores de la temporada pasada a los que no se le ha encontrado solución, porque las bandas siguen siendo vulnerables, porque el centro del campo al mínimo contratiempo recurrió al desplazamiento en largo, etcétera. Pero lo que no me gustó nada fueron las declaraciones tras el partido, totalmente opuestas entre el técnico y algún futbolista. Y tras jugar frente a la Real Sociedad, más de lo mismo en cuanto al centro del campo y las bandas, la movilidad de los jugadores sin balón casi fue nula, Mosquera y Guilherme volvieron a jugar juntos, pero lo peor fueron los cambios. Cada vez que se hacía uno se cambiaban de posición varios jugadores y el equipo perdió la mínima disciplina táctica si es que la tenía. Con el cambio de Andone se perdió la referencia en ataque. No entiendo por qué Lucas no estaba en mejores condiciones después de más de un mes con el Arsenal y de una semana de entrenamiento con el Deportivo. Adrián estaba más cansado que alguno que fue sustituido.

Tras todo lo comentado, llego a la conclusión de que el Deportivo estuvo preocupado en fichar un portero y un delantero y se olvidó de lo más importante, que era fichar un centrocampista de criterio para canalizar el juego de ataque del equipo y no tener que recurrir tanto al juego directo. Estamos a tiempo de mejorar, pero aplicando la máxima de jugar al fútbol asociación y no cada uno a lo suyo.

Me gustaría comentar también el caso Carles Gil. Si ya tuvo esta lesión la temporada pasada, ¿por qué no se le hizo el reconocimiento médico debido para conocer su evolución antes de firmar? Como en el fútbol el romanticismo no existe a la hora de contratar o renovar a un jugador, creo que había dos decisiones a tomar: o rechazarlo o no pagar tanto por él buscando una compensación económica, ya que se va a perder media temporada o más.

¡Ah! Otra cosa, no me gustó la parafernalia del cambio de Lucas el pasado domingo. ¿En vez de cambiarlo al principio de la segunda esperas cuatro minutos para que reciba el aplauso? Me pongo en la piel del otro jugador, que no creo que le gustase mucho la situación.