La primera victoria de la temporada ha servido para aplacar parte de nerviosismo acumulado tras el discreto arranque de temporada del Deportivo. Ganar al Alavés se presentaba de antemano como el único resultado posible para aliviar la situación del equipo en la clasificación y también para serenar el ambiente en el que se había instalado el conjunto blanquiazul. La necesitaba también Pepe Mel, cuestionado por el titubeante inicio de campeonato. El triunfo frente al colista, sin embargo, no ha despejado todas las dudas alrededor del equipo, sino que las ha aparcado temporalmente hasta el siguiente compromiso.

Las incógnitas en el juego no se resolvieron el miércoles contra el Alavés y las debilidades deportivistas volverán a ser puestas a prueba mañana mismo ante el Espanyol. La victoria del miércoles ha sido saludada por buena parte de la plantilla y también por el técnico como un punto de partida sobre el que comenzar a pulir esas imperfecciones que oscurecen el rendimiento colectivo a pesar de lograr un resultado positivo.

En ese sentido, hay deberes pendientes relacionados con el funcionamiento del equipo que se mantienen vigentes. Ante el Alavés la iniciativa se articuló una vez más a través de acciones individuales. De nuevo se volvió a echar en falta un planeamiento identificable y preestablecido por parte del técnico y por momentos se dio sensación de improvisación. El equipo se agarró a Fede Cartabia en ataque y trató de aprovechar el ímpetu de Andone y Lucas Pérez, pero se volvió a estrellar contra la falta de alternativas reales en ataque.

Pepe Mel deberá volver a buscar alternativas, convencido de que el delantero coruñés todavía necesita sesiones de entrenamiento para alcanzar el nivel que todos esperan y de que su asociación con Andone no cristalizó lo suficiente. Lesionado todavía Adrián, el jugador que inicialmente iba a acompañar a Lucas en la delantera el miércoles, el técnico quizá vuelva a sacudir la alineación.

Probablemente no tenga que hacerlo en la defensa, que por primera vez logró que el equipo no encajara ningún gol esta temporada. La pareja formada por Schär y Arribas parece consolidada debido al mal momento que atraviesa Sidnei y que le ha costado la titularidad. En el lateral derecho, sin embargo, Juanfran no ha conseguido alcanzar el nivel de forma que exhibió al comienzo de la temporada pasada y que sí ha logrado Luisinho. Su tanto del miércoles corroboró la confianza en la que se ha instalado el portugués, quizá junto al central suizo el jugador de la plantilla con un rendimiento más constante después de cinco jornadas disputadas.

Porque el equipo probablemente también esté pagando la irregularidad de algunos jugadores llamados a tener especial protagonismo. En el centro del campo no ha conseguido asomar ninguno, pero Valverde comenzó el miércoles ante el Alavés a asomar la cabeza y confirmar las esperanzas depositadas en él después de su incorporación este verano.